El llamado que hacen directores de las diversas entidades académicas de la Máxima Casa de Estudios potosina, la UASLP, a respetar a la institución durante estos procesos electorales no debe ser solamente exhorto hacia afuera. Por décadas, las instituciones de educación superior, sobre todo las públicas, han sido puntos-baluarte para los sectores político-electorales que, de alguna manera, quieren tender sus tentáculos y ganar adeptos sobre todo en el alumnado o los sectores académicos y administrativos.

No es nada nuevo. El llamado que hacen los directores a que la comunidad estudiantil, académica y administrativa sea prudente durante estos procesos electorales y evite la intromisión de agentes externos que violenten su neutralidad, debe acompañarse también de una planeación estratégica emergente durante esta temporada dirigida, no solamente por los directores, por todos los universitarios y sociedad civil en general que respetamos a nuestra Universidad. Porque casos de precandidatos a diversos puestos de elección popular ya los hubo en días recientes quienes, bajo la bandera de “visitas académicas para platicar mi paso por la uni”, entran y salen de los salones universitarios haciendo propaganda de su vida y obra. Deberá entonces, la Rectoría, apoyarse de los mandos subalternos -los mismos directores y secretarios- para que vigilen las actividades que se desarrollan dentro de sus recintos. A fin de evitar, precisamente, que se entrometan aun y como “visitas” personajes activos del calendario electoral actual. Desde el Edificio Central hasta la mas lejana aula que se encuentre en el campus de la zona huasteca sur o del altiplano potosino. Toda la Universidad Autónoma de San Luis Potosí es carne de presa electoral. 

Cuídenla.

Cuidémosla.