La petición de la diputada Liliana Flores, presidenta de la Comisión de Turismo del Congreso local, sobre la importancia de etiquetar recursos económicos que garanticen una fortaleza al Fideicomiso de Turismo estatal, va más allá de una petición y el cumplimiento que pueda tener la asignación de un recurso por parte del Ejecutivo. La experiencia vista y sufrida de parte de la anterior administración gubernamental -la carrerista- en manos de un pésimo secretario -Arturo Esper- dejó al descubierto que no se trata de falta de recursos, al contrario, el Fideicomiso siempre tuvo fondos económicos para promocionar el turismo estatal y lo que su decreto de creación indicaba. Se trato de falta de responsabilidad y conciencia, más otras diez mil virtudes. El fomento al turismo va más allá de querer hacerse cargo de un evento como la Procesión del Silencio a capricho. 

Se trata de conformar y fortalecer políticas publicas que permitan explotar a plenitud el potencial inmenso que tiene una entidad como la nuestra en esta materia. No solamente enfocada a una región. Se trata de 58 municipios que algo deben tener en cuanto a su riqueza atractiva que pueda explotarse. Parajes, gastronomía, actividades. Muchos son los elementos de una fuerza turística que distingue a San Luis Potosí y lo han hecho, aun sin el apoyo de los gobiernos. San Luis Potosí es tan grande en materia turística que se vende solo. Los miles y miles de turistas que lo recorren lo hacen porque es mas fuerte el rumor que la actividad gubernamental. Si a esto entonces le sumamos lo último. El resultado será otro. No es asignación de recursos. Es prudencia en su manejo.