Aunque ya se abrió el telón, todavía ni se termina la introducción de la obra y algunos actores y actrices políticos ya empezaron con sus dramas fuera del guión. Entre recelos atrasados, entre envidias grupales y entre gestos ofensivos, se empiezan a evidenciar los problemas de unos y otros. Lo peor, ¡dentro de las coaliciones! Por ejemplo. El "numerito" Morena y el Verde por la capital potosina. Sonia se anuncia como la candidata, Leonel la felicita pero no la legitima y Morena señala que aún no hay nada para nadie: ¡Pónganse de acuerdo! ¿Y en el PRI y PAN?

Ahí también hay "teatritos". Empiezan a brotar los achaques y los reproches. Se reparten las culpas y las cruces.

Sara Rocha la del PRI y Enrique Dahud el del PAN protagonizan, innecesaria y públicamente, desencuentros.  ¿Quién tiene la razón? Solo que si están viendo que en frente están esperando cualquier tropezón suyo para patearlos en el suelo, ¿todavía hacerlo público? Para todo ello entonces nunca falta quien ponga orden. Entre Morena y el Verde habrá que esperar. Sonia, de manera arrogante, confirma su candidatura, al mismo tiempo que Leonel llama a sólo votar por Morena. División que se vislumbra. ¿Y los del escenario opositor?. Nadie sale a decir nada o mínimo negarlo. Tuvo que ser Enrique Galindo quien saliera a solidificar y fortalecer con sus palabras, dándole garantía entonces al Frente que lo arropará este año. Tiene que ser Enrique Galindo quien siga poniendo orden entre rojos y azules, y si es necesario entre amarillos. Tendrá que ser él