A nivel nacional perdió. Perdió su nombre, su vida, su gente. Tal vez no todos sus seguidores, pero tampoco le sirvieron mucho. Lo que se tardaron en construir más de 30 años, en menos de unas elecciones, las de 2024, fue derrumbado. Tanto porque sus votantes se fueron con MORENA, como porque cayeron en el bache que otros partidos como el PRI y el PAN están a punto de caer: lo alcanzó el destino político de México. Ese destino que la ciudadanía empezó a escribir de unos 20 años para acá, en que empezó a liberarse del yugo que dictaban los partidos políticos a su contentillo disponiendo de recursos sin freno o promoviendo perfiles como candidatas o candidatos sin pudor. Y no porque lo dejaran de hacer, sino porque el grueso de la población decidió elegir nuevas rutas que caminar o voces que escuchar. Mientras que esos partidos tradicionales -como el PRI, el PAN y el PRD- siguieron haciendo lo mismo y no entendieron. No aprendieron. Así fue como MORENA logró convencer a los priistas, a los panistas y a los perredistas. Estos últimos se quedaron “colgados de la brocha” cuando el INE declaró su desaparición a nivel nacional. Hoy el PRD logró sobrevivir en San Luis Potosí. Y esa será otra historia. Historia que empezaran a escribir en capitulo diferente. La pregunta es: ¿Qué va a hacer el PRD en SLP?