No conforme con haber encabezado una de las administraciones más grises de la historia de nuestra respetada Universidad Autónoma de San Luis Potosí, el rector Fermín Villar Rubio tiene muchas cuentas que aclarar. Su estancia como rector viene antecedida también por su paso como secretario General, previo a ello como Director de la Facultad del Hábitat. En ninguna de las anteriores tuvo una decorosa gestión. Y sí llegó a la Rectoría fue por la continuidad en la línea sucesoria que por décadas siempre ha guardado la máxima casa de estudios: el rector deja a su heredero. Probablemente Mario García vio con buenos ojos, en su momento, a Villa Rubio y trazó en él las esperanzas de una buena gestión universitaria. Y el resultado, todo lo contario. Desde sus primeros años se comenzaron a evidenciar malos manejos académicos y económicos. Por una parte, el despecho de eliminar todo rastro que quedara de la administración de su antecesor.

Y por otra, el arrebato insaciable de los negocios, acomodos familiares en la nómina, facturas y pagos infladísimos y ahora el evidente fraude en obras materiales como construcción de edificios. La reciente cloaca que se está destapando es el edificio del Campus de Pedregal que alberga la Facultad de Ciencias, ubicado al sur de la ciudad.

La obra en si representa un peligro para los estudiantes y vecinos.

Los temblores recientes y su sentir en la capital, evidenciaron su obra y realidad.

Posiblemente sean fruto de la negligencia y el desvió de recursos. Ya el rector Alejandro Zermeño Guerra instruyó a las instancias administrativas y legales de la UASLP a la revisión a detalle de la obra. La obra del exrector Fermín Villar Rubio y lo que apenas se empieza a saber… Hasta mañana…