Pletórica de colores rojos, azules, amarillos y rosas, la Plaza de Toros "El Paseo", se cimbró con la presencia de Xochitl Galvez, candidata de la coalición "Fuerza y Corazón por México". Inteligentemente, su equipo nacional y la coordinación local de Fernando Chavez, diseñaron un evento en donde la gente sintiera la presencia de la candidata. Como una gran torera, dió una primer vuelta al ruedo a su llegada. Casi 30 minutos se tardo entre las fotos y aplausos. Después vinieron las presentaciones de las y los candidatos a las diputaciones federales y senadurias y al finalizar el mensaje. Lo relevante fue la presencia de representantes, no solamente de los tres partidos y los "Xochilovers", sino de la sociedad civil en general: empresarios, profesionistas, universitarios, académicos, amas de casa, ancianos y jóvenes. Todos gritaban: "¡Xochitl, Xochitl, Xochitl!". Resaltó el trabajo político de Enrique Galindo: fue su anfitrión. Y él y Chavez debían responder.  Hoy en día llenar cualquier recinto para un tema político es cosa difícil: o te cuesta o te rebasa. No se vieron ni tortas ni refrescos. No hubo rastro de ello. No se vieron autobuses enfilados para más de 7 mil personas. Se vieron más panistas y "xochilovers" que priistas, por cierto. Pero sobre todo, se vio el brazo político de la fuerza "galindista". Fue un ensayo de su arranque de campaña. Todo en política tiene significado: Xochitl y Galindo lo saben.