El sector público peca mucho de mantener perfiles por compromisos o por “creer verse debilitado”. Juan Manuel Carreras prefirió mantener firme a todo su gabinete, aunque algunos no tuvieran buenos resultados. O por buen trabajo o “compromisos generados”. Y Ricardo Gallardo, al contrario, ha removido a una decena de los integrantes de su gabinete inicial o por ineptos o por “compromisos cumplidos”. Pero la reciente salida de NÉSTOR GARZA de la Secretaría del Trabajo desconcierta a más de uno, a propios y extraños. En los últimos tres sexenios, junto a la mitad del actual, si algo ha mantenido el estado de San Luis Potosí y su administración, en materia económica y laboral, ha sido estabilidad. No se pueden dar ambas si no se compaginan una con otra.  Y ello se debe, sin duda, a los perfiles que han ostentado estos escritorios: han jugado un papel vital en la consolidación del estado desde estos ministerios. Néstor Garza ha sido uno de ellos. Punto. NÉSTOR GARZA cumplió a cabalidad su cometido, sumados a sus tarjetas profesionales: joven académicamente preparado con el cariz empresarial y laboral -por sus actividades previas en su despacho propio- que le permitió tener un panorama amplio dentro del abanico de actividades que la secretaría le exigía. A más de su discreto y probo comportamiento personal.  Supo dar continuidad a esa estabilidad que han tenido y retenido sus antecesores. Sumándole números positivos a las cifras que se construyen y miden también desde su dependencia. El último al que abonó su función y firmó como Secretario del Trabajo, de la mano con otras secretarías, no es absolutamente nada despreciable, al contrario: para el cierre de junio, la economía estatal se colocó en tercer lugar, a nivel nacional, como la de mayor crecimiento. En junio de 2021, con Carreras, se tenía 90.7% de crecimiento; para el mismo mes de este año, 105.5%. A este último, súmele usted tres años atrás de buen trabajo. Que lo digan los inversionistas y trabajadores, que lo digan los empresarios y los sindicatos, que lo digan las cámaras y prestadores de servicios. Que lo diga la Secretaría del Trabajo y su sector. O lo escribimos nosotros: ¡Buen trabajo, Secretario; buen trabajo, Néstor Garza!