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Quien se quede, que no se equivoque
00:02 jueves 18 abril, 2024
ColaboradoresSi todo sale como lo planeó y lo dio a conocer a los medios de comunicación en las últimas 72 horas, el hasta esta mañana alcalde capitalino, Enrique Galindo, presentará su solicitud para separarse del cargo y así contender por su segundo periodo a la presidencia municipal de San Luis Potosí. Por una parte, la constitución local ya le permite hacer campaña estando en funciones, o sea, no separarse del cargo. “El espíritu del legislador” -como dicen los juristas- en esta concesión, descansa entre otros puntos, en que sea su trabajo actual el calificado inmediatamente por la ciudadanía para continuar o no. Más ventaja para sus adversarios en la boleta Sonia y Sebastián. Si tan seguros están de que hizo mal su labor, como lo han dicho, déjenlo ahí, no lo distraigan. Que la ciudadanía cobre el error al momento. No lo vieron así. México no está acostumbrado aún para estas reformas electorales que otros países ya practican. Tardaremos años. Por lo pronto Enrique Galindo no lo hará. No se quedará y adiós por un rato. Lo que sigue será lo de hoy. La solicitud ante el Cabildo para separarse del cargo y el nombramiento -dentro del mismo Cabildo- de quien supla sus funciones de aquí hasta el mes de junio y después ya Dios dirá. De preferencia, y con entendimiento político, deberá ser alguien con credencial priista o panista. Tanto por lealtad política como por continuidad laboral. El o la Presidenta interina -regidor, regidora, síndico o síndica- deberá tener cuidado de “no caer en la tentación y librarse del mal”. Ese mal que ha hecho tropezar a cuando menos tres interinos: Homero González quien suplió a Marcelo de los Santos; Miguel Avalos quien suplió a Victoria Labastida; Alfonso Lujambio quien suplió a Xavier Nava. Los tres acabaron con procesos penales, de diferente magnitud y gravedad, pero con procesos. El mal que altera el sentido del equilibrio. Si algo ha caracterizado a Galindo y a su gobierno, es el de no sucumbir por temas de corrupción, recomendaciones de derechos humanos, opacidad, funcionarios señalados o escándalos mediáticos. A más de que el ritmo de trabajo de su gabinete y cercanos es reconocido por la ciudadanía con balances positivos. Y mientras el Presidente con licencia, ya candidato, ande buscando el voto afuera del Palacio que dé continuidad al proyecto político de la coalición roja, azul y amarilla, mal remate de estos tres años sería que alguien repentinamente sintiera el vértigo que da el palaciego status omnipotente y omnipresente. Quien se quede, que no se equivoque.