Aunque se ha empeñado la narrativa defensiva de una Directiva de puras mujeres para este segundo año ordinario en la LXIV Legislatura, lo cierto es que en su antecesora se hizo ya el ejercicio disfrazado de paridad y acciones afirmativas que no mejoró la productividad de las y los representantes potosinos, mientras que la Jucopo siguió apoderada de los políticos hombres que hacen y deshacen... tampoco dista de lo que se hace ahora. Un error creer al PRI muerto, sino basta ver quién estará al lado hoy del gobernador en el desfile cívico militar, la misma presidenta del Revolucionario Institucional Sara Rocha Medina, la líder de ese partido que tuvo la peor votación en la historia; ese que apenas logró seis alcaldías y después dos presidentes municipales renunciaron al PRI; ese que apenas tiene dos curules, pero le bastó para llegar a la Directiva.

Oficio político, sin duda; Sara Rocha es una experimentada política; Héctor Serrano amplio conocedor del teje y maneje del panorama político; y quienes se impusieron a diputados morenistas que repiten el discurso desde 2018 con un dejo de brabuconería y a un Partido del Trabajo que es un satélite de la mayoría legislativa, un apéndice que poco o nada representa en San Luis Potosí. El PAN nuevamente es espectador. Este descalabro ¿cambiará en algo la dirección del blanquiazul? Lo más seguro es que no, si algo nos ha enseñado la historia reciente es que si algo le sienta mal a Acción Nacional son las elecciones venideras.

¡Viva México!