Mientras que los hechos de inseguridad sufridos en algunas ciudades del país con ataques a comercios y muertes por doquier reflejan las fallidas estrategias en materia de seguridad del gobierno federal, tratadas de ser paliadas con retorica de diferencia y paz armoniosa, en el tema de economía y obra publica las cosas pintan igual que los incendios a tiendas de conveniencia. San Luis Potosí no ha sido ajeno a ese desdén del gobierno federal en el cumplimiento a sus promesas. Concretamente las que vino a decir el presidente López Obrados hace poco más de dos años. Aparte de la Ruta Alterna a la carretera 57, y que ahora el gobernador Gallardo ha salido a dar la cara junto al Consejo Potosí para encontrar la solución a su construcción, otra obra de vital importancia que pudiera quedar en el aire es el Aeropuerto de Tamuín. En 2019 el titular del Ejecutivo Federal anunció una inversión de mas de mil millones de pesos para la remodelación del aeropuerto huasteco con el fin de ampliar su potencial en materia turística y por lo tanto la económica en aquella región del estado. Han importado más SUS propias obras, de SU propio interés, como el Aeropuerto Felipe Ángeles, la refinería Dos Bocas o el Tren Maya y los altísimos costos que se les han multiplicado, que obras publicas en otras latitudes nacionales de mayor importancia. Y al quite deben salir los gobiernos estatales.

En este caso, el secretario general de gobierno Guadalupe Torres Sánchez anunció que de alguna manera el gobierno local buscara conseguir 200 millones de pesos para la continuidad de la misma. Recurso económico que no estaba contemplado para ello. Ese es el punto clave.

Y entonces para su terminación, dejar a un lado proyectos sociales o de obra publica que ya el gobierno estatal tenia programadas, no cumplir la falta de palabra del gobierno federal. Palabra que se ha tornado en decepción. Hasta mañana…