La respuesta que han tenido los integrantes de la actual recién llegada Legislatura potosina a la presentación que “Congreso Calificado” tuvo con ellas y ellos para explicar su método de evaluación, sin duda tendrá una respuesta similar a su desempeño: nula. A nadie nos gusta que nos evalúen. Pero lo que no se mide no puede mejorarse. “Congreso Calificado” se ha destacado por ser una casa evaluadora en el desempeño legislativo de las y los integrantes de la cámara potosina, desde sus asistencias a trabajar hasta el número de iniciativas y aprobación que estas tienen. A las y los diputados les gusta cuando salen en los primeros 5 de 27, al resto no. Aprueban la labor de Congreso Calificado cuando aparecen en los primeros lugares, si no es así lo reprueban. Pero si no fuera por su labor, ni usted ni yo sabríamos a cuántas sesiones acudieron o cuántas iniciativas presentaron. Si no fuera por Congreso Calificado, ni usted ni yo tendríamos la información de saber quién cumple a cabalidad con su labor como diputada o diputado. Harán como que no entendieron la metodología de Congreso Calificado y cuando salga la primera evaluación emitirán opiniones encontradas. Y así se la pasarán por tres años. Escudándose bajo el pretexto fácil de: “con mi distrito está el trabajo”. ¿Y en lo legislativo?