El problema no fue el accidente vial que se produjo en la carretera 57 la noche del viernes pasado en las inmediaciones de Santa María del Río con dirección México - Querétaro, en donde se vieron involucrados varios trailers, daños y la desgracia de una vida perdida.

Los accidentes viales ocurren. Ocurren y ya. El tema fue el consiguiente caos vial que se desató en la columna vertebral de la carretera de nuestro país. Vitalísima e importantísima para la vida misma de la comunicación, la economía y la sociedad. Fueron más de 15 horas de un paro total del carril que conduce de la capital de la república al centro industrial de México como es San Luis Potosí.

Más de 55 empresas instaladas en la capital potosina se vieron afectadas por falta de sus materias.

Las sanciones a las empresas de transporte han corrido por millones en las últimas horas.

Las cadenas de producción pararon en su totalidad, igual que el tráfico hasta la mañana del sábado. Los responsables son dos.

Si bien el conductor o empresa del trailer que se quedó sin frenos y ocasionó el accidente.

Y la Guardia Nacional. Ese órgano que suplió la vida y labor de la Policía Federal de Caminos y cuya preparación también incluía la resolución de problemas viales de magnitudes inmensas que ocurren en las carreteras como carros que transitan. La falta de una estrategia y la consiguiente resolución tuvo como resultado uno de los desastres carreteros más graves de los últimos años.

No por el accidente, sino por las consecuencias.

La Guardia Nacional no supo que hacer. Hasta mañana ...