El que el estado de San Luis Potosí se coloque dentro de las primeras cinco entidades del país con el mayor registro en el crecimiento de empleos formales -según el INEGI-, no es casualidad ni obra del Espíritu Santo. Se trata de la continuidad en una sinergia entre el estado y la iniciativa privada en los últimos 20 años, que las autoridades en materia económica y laboral han logrado fortificar de la mano con las cámaras empresariales locales. Buenas relaciones, políticas encaminadas a mejorar condiciones, derechos y obligaciones y sobre todo un ambiente social, político y económico envidiable. Así pues, el crecimiento se ve reflejado en un 5%, solo por debajo de Coahuila con el 6.1%, Querétaro con el 5.7% y Tamaulipas con el 5.1%. Pero uno de los grandes pendientes es el tema de movilidad en la zona metropolita capitalina. El traslado de la fuerza laboral -más de 130 mil potosinos- que diariamente atraviesa la metrópoli a la zona industrial y de regreso, sigue sufriendo estragos de tiempo por no contar todavía con la Ruta Alterna a la Carr. 57 que mejoraría la vialidad a tan vital centro económico y la calidad de vida de las y los obreros y directivos. Los estudios viales lo han dejado demostrado y están sobre el escritorio de las autoridades. Hasta mañana