A fines del mes de noviembre, a poco mas de dos meses de tomar protesta como Alcalde, Enrique Galindo anunció las primeras denuncias contra la administración de Xavier Nava.

Lo escribimos en su momento: presentar denuncias entre funcionarios, nada nuevo ni extraordinario. El que entra señala al que sale, es parte del folcklor político mexicano. En donde la obra teatral se anuncia con bombo y platillo. Se dan a conocer los protagonistas y el papel que jugaran. Todo perfectamente bien armado.

El guion de la obra, por años -ha sido el mismo-, por sexenios o trienios. San Luis Potosí ha sido parte de esta temática política, en donde la faramalla del señalamiento no pasa de esas bombas de humo y ya.

Pocas veces se han visto resultados, gente en la cárcel o -ahora con los beneficios legales, aun y cometida la fechoría- regresando el dinero y “santificado sea su nombre”. Galindo señaló la primera serie de 18 “aviadores” cercanos a grupos políticos y sociales navistas.

Ahora la segunda lista estará en minutos en manos de las autoridades. Se trata de mas de 42 nombres que supuestamente se desempeñaban, según el texto del documento, en áreas como Secretaria General, Sindicatura, Desarrollo Social, Parques y Jardines y Contraloría. Sumándole también a sus contratadores, sus “pilotos” en términos de “aeronáutica burocrática municipal”.

El daño señalado asciende a mas de 24 millones de pesos en este “segundo vuelo” y 12 mdp en el primero de noviembre. Volverá el ir y venir de defensores del navismo denostado y del galindismo ofendido, pero lo que fríamente se debe de analizar es:

1. Enrique Galindo y su equipo jurídico tienen echada su segunda apuesta.

Esperamos avances de la primera denuncia, la ciudadanía agraviada eso espera. Si los expedientes tienen los sustentos probatorios, adelante. 

De lo contrario su anuncio, entre la prensa, la fotografía y el escándalo momentáneo, quedará en el recuerdo de lo que ya hemos visto y que tampoco será nada nuevo. Nada. 2. Y de comprobarse y materializarse las denuncias, la bandera de defensor de la legalidad y santificación de la administración pública que enarboló y predicó Xavier Nava, no fueron más que las burdas palabras ridículas que lo harán pasar a la historia no solo como lo mismo que quiso combatir, sino también como mentiroso.

Y como primer argumento de defensa que no tardan en esgrimir, para pre-lavar su culpa frente a otros: da lo mismo robar un centavo que 1000 millones. La carga del delito es la misma: la DESHONRA. Hasta mañana…