Luego de la aceptación de la renuncia de monseñor Jesús Carlos Cabrero Romero como arzobispo de la Arquidiócesis de San Luis Potosí, y que en su lugar llegará monseñor Jorge Alberto Cavazos Arispe, hasta hoy obispo de San Juan de los Lagos.

En sus palabras de despedida, Cabrero Romero se dijo no quedar satisfecho sobre su ministerio, toda vez que durante diez años que estuvo al frente de su gobierno pastoral, se tuvieron “luces y sombras” en el camino. Tales fueron los casos -a los que se refirió- de Eduardo Córdova, exsacerdote que se encuentra prófugo de la justicia acusado de casos de pederastia en San Luis Potosí; como otros casos en los que un sacerdote fue detenido por autoridades indígenas por faltas a la moral, entre otros. Sin embargo, aseguró que se dio respuesta y claridad a la sociedad potosina, a la comunidad cristiana, lo que resulta para Cabrero Romero concluir su obispado en paz y tranquilo, ya que se deja una Iglesia que se ha venido recuperando. En el caso particular de Eduardo Córdova destacó que durante su gestión se tomaron cartas en el asunto y se investigó y por tanto, “ya no está en nuestras manos”, ya que se presentó la denuncia ante el Ministerio Público por ser “ya una persona laica”. “No está en nuestras manos responder a todo esto. No sé en qué nivel quedó en el ministerio público, no sé qué haya pasado, pero de mi parte el caso se cerró porque se llevó a Roma, de Roma llegó la respuesta que se le pidió dejar el ejercicio del ministerio pastoral”. Aparte, también lamentó que durante los últimos dos años fallecieron 19 sacerdotes a consecuencia de la pandemia de covid-19.