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Un hombre con una convicción es un hombre difícil de cambiar. Dile que no estás de acuerdo y se va...
00:02 miércoles 24 agosto, 2022
Colaboradores“Un hombre con una convicción es un hombre difícil de cambiar. Dile que no estás de acuerdo y se va. Muéstrele hechos o cifras y cuestionará sus fuentes. Apela a la lógica y él no podrá ver tu punto”. León Festinger.
Históricamente, la humanidad ha presentado un afán de pronosticar lo que va a ocurrir. En el pasado, esto podría referirse, lo mismo a pronosticar el fin de la humanidad (incluso tan recientemente como en 2012, por supuestas predicciones de los mayas), que al pronóstico de temas aparentemente técnicos, como el futuro desempeño de la economía y de algunos de sus principales indicadores.
Estos pronósticos pueden tener más o menos justificación, estar fundados en parámetros aparentemente objetivos y técnicos pero también en teorías conspirativas o conceptos absolutamente alejados del pensamiento científico; pero todos con frecuencia enfrentan fenómenos derivados de los sesgos que quien pronostica enfrenta, particularmente cuando lo que predice o defiende no ocurre.
En un libro publicado en los años 50, Leon Festinger detalló el caso de un grupo religioso que predijo el fin del mundo en una fecha específica y cómo reaccionaron sus integrantes cuando en la fecha determinada, el evento catastrófico no ocurrió.
La investigación encontró que el hecho de que la profecía no se cumpliera, no sólo no causó que los creyentes reconsideraran su postura, sino que, derivado del hecho de que habían generado un elevado nivel de involucramiento emocional y personal con esa creencia, se volvieron más radicales y fervientes seguidores de la idea.
El estudio y lo que plantea son sorprendente y trágicamente de extrema actualidad. En casi cualquier aspecto relacionado con la situación actual del país o del mundo, las personas que tienden a generar ideas fijas y percepciones (casi de como de pertenencia a un culto) alrededor de alguna figura o concepto, rara vez reconsideran su posición ante evidencia que descalifica su creencia.
Hoy, lo mismo al discutir una política pública, que al analizar el comportamiento de variables como la inflación o el futuro del crecimiento económico de México y del mundo, encontramos cada vez más grupos de personas que comparten visiones comunes, que casi de forma fanática defienden con argumentos y conceptos más ideológicos que fundamentales y objetivos su punto de vista. Consecuentemente, la discusión de los fenómenos sociales y públicos se vuelve compleja.
En esa investigación se empezó a utilizar el concepto de “disonancia cognitiva”, que está referido al conflicto a nivel de proceso de pensamiento que ocurre cuando hay una contradicción entre un conjunto de creencias y el comportamiento práctico de las personas o lo que éstas observan de manera evidente.
De acuerdo con la mayoría de los estudios, la mayoría de las personas tienden a crear un marco de referencia (ilógico, pero para ellos congruente) que les permite explicar dicha contradicción, sin que altere sus creencias fundamentales.
Este proceso lo observamos cotidianamente. De manera muy evidente en la interacción por ejemplo en redes sociales. Este análisis no se trata de un ejercicio académico o psicológico trivial; está detrás de la incapacidad que se presenta en la esfera pública para encontrar caminos que permitan diagnósticos serios, sobre fenómenos sociales económicos y políticos; así como que posibiliten incluso hacer un diagnóstico y evaluación precisa de acciones o programas cuyo fracaso es evidente.
Lo anterior hace imposible que, a partir de la discusión de argumentos, frecuentemente incluso sesgados desde ambos extremos, se alcance cualquier tipo de acuerdo; lo que dificulta profundamente la capacidad de discusión y resolución de los serios problemas que enfrenta nuestro país.
El autor es politólogo, mercadólogo, financiero, especialista en economía conductual y profesor de la Facultad de Economía de la UNAM. CEO de Fibra Educa y Presidente del Consejo para el Fomento del Ahorro Educativo de Mexicana de Becas. [email protected] – síguelo en Twitter @martinezsolares