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En la literatura financiera se identifican dos elementos que generan afectaciones o choques...
00:03 viernes 18 agosto, 2023
Colaboradores“Lo único que supera la mala suerte es el trabajo duro.” Harry Golden, escritor
sin ser observado, una parte importante de la riqueza de sus ciudadanos”. John Maynard Keynes
En la literatura financiera se identifican dos elementos que generan afectaciones o choques, al bienestar financiero y económico de las personas y las familias: aquellos relacionados con choques coyunturales a los ingresos y choques de gasto coyuntural y extraordinario.
Se sabe que ambos tipos de choques, en la mayoría de las ocasiones; dependiendo evidentemente del alcance, de las características de nivel y estructura de los ingresos y gastos de los hogares; pueden generar desequilibrios (más o menos profundos), que rebasan el corto plazo y generan afectaciones de mediano o largo plazo, desestabilizando de manera grave la condición financiera de los hogares.
Los choques de gasto se refieren, por ejemplo, a un accidente automotriz que genera el pago de un deducible, una reparación mayor o una responsabilidad frente a terceros y que obliga a disponer de recursos de forma no contemplada y, frecuentemente, obligando a la contratación de una obligación de deuda, no necesariamente en las mejores condiciones financieras. Ello desajusta el presupuesto (real o implícito) de gasto, lo cual afecta a su vez la capacidad para enfrentar otros gastos recurrentes o modifica nivel de endeudamiento y, consecuentemente, limita el flujo de recursos futuros disponibles.
Los choques de ingreso, por su parte, se refieren a elementos coyunturales o estructurales de disminución del flujo de recursos que recibe una persona o un hogar, de manera más o menos estable. Pueden asociarse, por ejemplo, a pérdidas coyunturales de empleo o a recortes en las horas pagadas (durante períodos de recesión, como práctica que en ocasiones se presenta en el sector de manufactura) o como reducción en las comisiones cobradas en períodos de contracción de la actividad comercial.
A su vez existen casos en que situaciones operan simultáneamente como choques de ingreso y de gasto. Por ejemplo, una enfermedad o accidente, compromete a la salud y puede generar una presión coyuntural de gasto extraordinario, así como limitar las condiciones para el desempeño de la vida laboral o productiva, lo cual conlleva una reducción del ingreso de la persona o del hogar.
De acuerdo con el estudio “Behavioral consequences of income and expense shocks”, de Larsen et al, ambos tipos de choque generan respuestas conductuales diferenciadas en las personas que los enfrentan. A partir de tres experimentos, los investigadores analizan porque las personas presentan respuestas conductuales diferentes y más profundas cuando enfrentan choques en sus ingresos, que cuando enfrentan choques de gasto de similares en proporción. Ello implicaría que para una persona promedio, representa en términos de conducta a una mayor presión perder en un mes un ingreso esperado de 10 mil pesos, que la presión conductual derivada de tener un gasto extraordinario no contemplado de la misma cantidad.
De acuerdo con el estudio, las respuestas conductuales diferenciadas pueden provenir de diferentes percepciones respecto de lo que implica la afectación. Aun cuando aparentemente las personas potencialmente tendrían mayor número de mecanismos de respuesta a los choques de ingreso, posiblemente la percepción de incertidumbre ante la posibilidad de que ese evento de caída de ingresos pudiese repetirse en el futuro, generaría una respuesta conductual más profunda.
Por el contrario, un evento extraordinario de gasto específico, en términos de conducta, podría ser interpretado como un evento único que no se repetirá en el futuro y consecuentemente el nivel de profundidad de estrés financiero que provocan en las personas sería menor.
Esta investigación trata particularmente generar información complementaria para nuevos programas de políticas públicas, que en algunos países se han puesto en marcha para tratar de apoyar a las familias a que enfrenten condiciones de coyuntura financiera negativa, tales como las que se presentaron en los últimos años de pandemia.
El autor es politólogo, mercadólogo, financiero, especialista en economía conductual y profesor de la Facultad de Economía de la UNAM. CEO de Fibra Educa y Presidente del Consejo para el Fomento del Ahorro Educativo de Mexicana de Becas. [email protected] – síguelo en Twitter @martinezsolares