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La mayoría de nuestras ciudades han crecido en una relación antagónica con el medio ambiente
00:02 martes 25 febrero, 2025
ColaboradoresLa mayoría de nuestras ciudades han crecido en una relación antagónica con el medio ambiente y esta es tal vez la causa de las crisis recurrentes.
El crecimiento urbano en muchas de las ciudades del mundo ha ido en contra de la naturaleza, lo que ha originado fuertes debates académicos, llegando a cuestionar la sustentabilidad en la ciudad. Por un lado, está la corriente que sostiene que es posible llegar a generar ciudades sustentables, incluso replantear el término a sostenible, que en sentido estricto no son sinónimos. Por otro lado, los que aseguran que la ciudad es lo menos sustentable.
La sustentabilidad en la ciudad involucra un tema asociado en su origen a la generación de recursos naturales propios, que eviten causar externalidades en su entorno, esto no podría suceder en la ciudad debido a la gran cantidad de externalidades que tiene; por otro lado, lo sostenible recupera elementos de relación con la naturaleza, pero conlleva más a mantener en el tiempo una relación responsable con el medio natural.
Muchas ciudades han logrado mantener una relación armónica con el medio ambiente, un ejemplo muy reconocido es Curitiba, capital de Paraná en Brasil, tiene una población de 1.8 millones de personas, ligeramente superior a la población de la Zona Metropolitana de San Luis Potosí, su modelo de planeación se ha orientado básicamente al transporte, fue la primer ciudad en América Latina con un Instituto de planeación, también fue de las primeras con un sistema BRT (Buses de Tránsito Rápido) y con una amplia red de ciclo circuitos; es decir, una estrategia de menos emisión de contaminantes. Además, cuenta con una amplia cantidad de áreas verdes, muchas en un sistema de barrios metropolitanos que rodean a la ciudad y evitan las inundaciones.
En el caso de nuestra zona metropolitana, no ha existido una planeación con un modelo responsable con el medio ambiente, después de la construcción de los dos parques Tangamanga, comenzó la pavimentación de los ríos, el crecimiento con pavimento en la mayoría de la zona vecina a la sierra de San Miguelito, y por supuesto unas campañas de reforestación en zonas poco aptas con nulo impacto ambiental; todo lo anterior en medio de la falta de programas de ordenamiento ecológico.
La Zona Metropolitana de San Luis Potosí presenta dos paradojas. Primera, el agua, ya que pasamos por crisis recurrentes, pero nos inundamos cuando llueve; segunda la movilidad, somos la ciudad de los coches, no sólo por los ya registrados niveles de contaminación derivada del uso exponencial del automóvil, sino porque es la industria automotriz la que ha impuesto la dinámica urbana.
Ahora, nuestra ciudad está a punto de presentar una tercera paradoja, estar rodeados de tres áreas naturales protegidas: Parque Nacional Gogorrón, Área de Protección de Flora y Fauna Sierra de Álvarez, Área de Protección de Flora y Fauna Sierra de San Miguelito (que incluye el Parque Urbano Paseo de la Presa) pero ser una de las ciudades menos sostenibles, resilientes o con altos riesgos y sumamente vulnerable.
El incendio de la semana pasada en Soledad, un incendio del pasado domingo en la zona norte, en la vecindad con Mexquitic, los incendios de la Sierra en épocas de calor, que podrían presentarse nuevamente este año, sumado a los altos niveles de contaminación causados por las fuentes móviles y fijas, además de las ya también contaminantes obras de pavimentación, podría llevarnos a experimentar en un futuro no muy lejano una nueva crisis que se sumará a la del agua y la de movilidad, La Crisis Ambiental de la Zona Metropolitana de San Luis Potosí.
Requerimos enfocar acciones urbanas a partir de una estrategia de infraestructura azul o verde, o con un modelo de sostenibilidad urbana basado en desarrollo de áreas verdes, energía, articulado con la movilidad, la competitividad, y la innovación; es decir, una política integral urbano-ambiental.