Menudo revuelo el vivido con la visita del partido español VOX y las metidas de pata constantes de un PAN cada vez más perdido. Después de quedar señalados como fascistas, radicales y desubicados, muchos panistas decidieron deslindarse de un acuerdo que busca luchar contra del crecimiento del populismo en América Latina. Llama la atención los comentarios que ponen en tela de juicio los principios y perspectivas del Partido de Acción Nacional, una sarta de críticas e improperios en los que pareciera que apegarse al conservadurismo, la congruencia ideológica y los valores propios que ensalzan su historia, fuera algo de lo que deberían avergonzarse. Importante no mezclar las cosas, cualquier partido político sacado de su contexto no puede ser medido bajo reglas en las que nada tiene que ver su origen, motivo y visión. Vox lucha contra el independentismo catalán y vasco, es un partido pro-vida y su política migrante lejos está de poder ser comparada con la situación de los wetback mexicanos. El conflicto marroquí, la desesperación que provoca el desempleo y la falta de liderazgo y firmeza del Partido popular español, han hecho que en las últimas elecciones sus escaños se duplicaran hasta posicionarse como la cuarta fuerza política. Entre acusaciones de fascismo, las etiquetas de racistas y xenófobos son duros calificativos que, vale el comentario, también tienen algo de radicalismo mediático. Invitar a VOX es un error, no por la esencia ideológica ni por la necesidad de hacer frente a un populismo que en su metástasis arrasa en México, El Salvador, Venezuela, Cuba y de más países; no tiene sentido firmar la “carta de Madrid” con golpes de pecho derechistas en una situación en la que se pacta con partidos como el PRI o el PRD, antítesis de sus ideologías e históricamente incompatibles. No puedes decir y proceder de manera distinta, la falta de liderazgo y la pérdida de rumbo no pueden ser encauzadas por un partido como VOX que lejos está de poder dar soluciones al caos nacional. Santiago Abascal ha sabido llevar a VOX como referencia conservadora, ultras o radicales, la fórmula funcionó en una España rota por la falta de capacidad política, sin sucesores de altura, los Felipe González o José María Aznar han sido relevados por jóvenes como Sánchez o Casado carentes de experiencia. No debemos pasar por alto el impacto mediático, es obvio que Andrés Manuel se tiró al cuello para no perdonar la burla, el PAN se puso de pechito para ser vapuleado quedando como un wanna be mediocre… Con razón, pudo quedar ahí el detalle, aunque para hacer leña del árbol caído muchos medios insultaron y radicalizaron sus posturas confundiendo derechos de las mujeres con aborto, patriotismo con falta de memoria histórica y entendimiento actual, exageraciones y mucho, mucho más! ¿Será que en México hace falta una postura mejor definida sin miedo a la crítica populista? Bueno, México Libre pareció una respuesta congruente para un PAN perdido… y no me digan que me subo a la moda, revise lo escrito hace más de dos años y el que avisa no traiciona… https://www.globalmedia.mx/articles/M%C3%A9xico-Libre-Divide-y-vencer%C3%A1s- Javier Rueda

@ruedac