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Hace unos días se dieron a conocer los Resultados del Programa de Estímulo de Creadores Cinematográficos 2020 del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE)
02:06 viernes 5 junio, 2020
LABERINTOSPara GEORGINA ABUD, un texto que recupera la memoria de nuestras mujeres
Hace unos días se dieron a conocer los Resultados del Programa de Estímulo de Creadores Cinematográficos 2020 del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE), en la categoría de Desarrollo de Proyectos y Escritura de Guion. El primer lugar en ASESORÍA PARA LA REESCRITURA DE GUION lo obtuvo una mujer radicada desde hace más de 20 años en San Luis Potosí. Escritora, editora, narradora, poeta y autora del guion VELADA TERMINAL, su nombre es Norma Angélica Cortázar Jiménez. El trabajo de Angelica Cortázar recupera a una mujer fundamental para la historia de la Medicina en México y en San Luis Potosí, es María Castro, la primera egresada de Medicina (1906/1912) del entonces Instituto Científico y Literario, esa mujer tuvo que pelear para tener un lugar en ese espacio que albergó a grandes pensadores de finales del siglo XIX y principios del XX. Sin embargo, hay voces en esa parte de la historia que quedaron calladas como susurros, aunque no se rindieron. En el México de principios de siglo, antes de que estallara la Revolución se presentó un una de las últimas epidemias de peste bubónica que se conocen, dejando cientos de muertes; la pobreza, la malnutrición hacían que los, las medicas fueran fundamentales. Para entonces la formación de las mujeres medianamente reconocida era la de las parteras, incluso se las capacitaba y acreditaba en varias universidades públicas, como en la UASLP. A pesar de los pequeños avances, la mujer no era considerada ciudadana, con todo y los esfuerzos del gobernador Rafael Nieto por reconocer su derecho al voto. El papel de la mujer se limitaba a ser madre y esposa abnegada, y no eran aceptadas en terrenos como la ciencia política, el periodismo o las artes; ni siquiera tenían derecho a ser poseedoras de su herencia, eran los hombres quienes tomaban el control de sus bienes, propiedades, conciencias y futuro. Por eso es tan relevante el trabajo hemerográfico y de investigación que realizó Angélica Cortázar sobre María Castro, porque reconstruyó lo que seguramente fue la vida de la primera medica potosina y creó un personaje. Es increíble cómo al buscar a la médica, solo encontremos breves menciones, su vida vale como un pie de página, o sea, un comentario al margen. Fue una mujer rompe olas. Se graduó como médica, no se casó ni tuvo hijos, no siguió los cánones que exigía la época, estudio a pesar del bloqueo de sus compañeros, realizó sus prácticas a contra corriente; le daban las jornadas más duras, las menos amables para una mujer de la época, así fue como tuvo que pasar largar horas de guardia en la madrugada y los fines de semana completos, mientras sus compañeros se burlaban; la medicina era un ejercicio profesional masculino y ella les estorbaba. Ejerció la medicina contra corriente y como lo hiciera la reconocida neuróloga y psiquiatra, también potosina: Matilde Rodríguez Cabo (1902/1967). Ambas terminaron sus estudios acreditadas por la UNAM y ejercieron en la Ciudad de México. María Castro trabajó duramente durante años en un pequeño hospital que estaba ubicado en Tlatelolco, hoy ya no existe. Se sabe que 21 potosinas decidieron incursionar en la medicina desde 1906 hasta 1931, aunque sólo 16 lograron su objetivo. No es poca cosa llegar que 70% de las mujeres que ingresaron a la UASLP en la carrera de Medicina entre 1906 y 1931 hayan egresado. Hoy reconocemos y aplaudimos la labor de muchas mujeres médicas, enfermeras, trabajadoras y trabajadores de la salud. Quizá voltear a buscar y contar sus historias nos sirvan para comprender el enorme reto que se plantean muchos seres humanos para conseguir un sueño. Y tú qué opinas? @Pfloresblavier