Vínculo copiado
Un mal día te enteras que a tu hija, sobrina, ahijada que apenas tiene 12 años, cursa el sexto grado de primaria, esa mañana se levantó de su pupitre, y se dirigió a tirar algo en la basura, entonces, el profesor la jaloneó del brazo, la puso boca abajo en sus piernas y la tundió a nalgadas, delante de todos los alumnos del grupo. ¿Qué harías?
22:01 lunes 11 junio, 2018
LABERINTOSUn mal día te enteras que a tu hija, sobrina, ahijada que apenas tiene 12 años, cursa el sexto grado de primaria, esa mañana se levantó de su pupitre, y se dirigió a tirar algo en la basura, entonces, el profesor la jaloneó del brazo, la puso boca abajo en sus piernas y la tundió a nalgadas, delante de todos los alumnos del grupo. ¿Qué harías? La vecina se lo contó a la mamá de la niña; ella había guardado silencio avergonzada, cuando narró lo que esa mañana había ocurrido, rompió en sollozos. Esa menor ha sido víctima de abuso sexual por parte de ese profesor, no es la primera vez, tampoco es la única. Era diciembre de 2015. Hoy, dos años después la Sege no atina a terminar la investigación. Y lo único que puede articular es la separación del cargo del profesor. La mamá denunció en su momento ante el director y éste le pidió tiempo para investigar la situación, la citó a la escuela dos semanas después. Cuando llegó, el funcionario educativo le informó que el profesor fue cambiado de grupo. Contrario a lo que establece la ley y el protocolo de atención a menores abusados en el ámbito educativo y con base en distintos acuerdos internacionales, mientras se sigue la investigación, los profesores deben ser separados y no tener ningún tipo de contacto con menores, sean hombres o mujeres. Las mamás del grupo de las niñas abusadas, ya eran tres, protestaron por la decisión, mientras ese profesor estuviera cerca, las niñas tendrían miedo y se sentirían inseguras. Se supo que el profesor ya estaba fuera de la escuela por un permiso de tres meses sin goce de sueldo. El director de la escuela primaria les pidió a las mamás que ahí lo dejaran, que no hicieran más grande el asunto, que no buscaran al supervisor de zona, que él ya tenía conocimiento, cosa que era falsa. A una de las mamás le pareció que esta llamada al silencio por parte del Director no era correcta, así que buscó al Supervisor de Zona, contó lo sucedido, él no tenía conocimiento del caso, y le dijo que se iniciaría una investigación y en caso que resultara responsable el Director se actuaría en consecuencia. No era una sola niña, y tampoco era una nalgadita; el profesor realizaba “juegos” que incitaban a los niños a golpear a las niñas y el mismo profesor les daba nalgadas a manera de castigo si “perdían” el juego. Y hay más: encerraba a las niñas en un salón de clases, solas con él, en otras ocasiones “accidentalmente” les tocaba los senos, las jaloneaba, las humillaba frente al grupo, obligaba a que los compañeros las besaran, las nalguearan, esos niños y niñas también eran víctimas de intimidación por parte del profesor. Y si ellas no cedían a sus tocamientos, las ponía a barrer el salón de clases. Hay constancia de ello en grabaciones que hicieran los mismos alumnos, son parte de las pruebas que obran en el expediente. Solo leer la recomendación que hiciera a la SEGE hace unas semanas la Comisión Estatal de Derechos Humanos de SLP, (CEDH) da indignación la ligereza con la que las autoridades educativas se tomaron el abuso sexual que se ejerció contra menores. Incluso, al dejar de dar clase, ese profesor fue reubicado en otra escuela, exponiendo a más niños a distintas formas de abuso. De esta historia se desprende la omisión de SEGE, la complicidad y silencio del Director de la escuela primaria. Estos actos, que son delitos, se quedan en los órganos de control interno, en vez que la SEGE impulse la denuncia penal. En este caso fue una de las madres de familia quien interpuso la queja ante la CEDH y denunció penalmente por abuso al profesor ante el Ministerio público. En la recomendación de la CEDH a la SEGE se desprende que, a la fecha de la entrega de la recomendación ese organismo “no recibió evidencia de que la autoridad haya implementado acciones efectivas posteriores al hecho, para que los menores recibieran la atención psicológica adecuada como una forma de reparación del daño. Estos sujetos que se hacen pasar por profesores son delincuentes que actúan al amparo de una institución que supuestamente debiera estar al cuidado de la integridad, la salud, la dignidad y los derechos humanos de los menores. Pero no, edifican murallas de silencio cómplice, estigmatizan a las madres de familias que se atreven a denunciar, como “conflictivas”. Cuando la CEDH hizo pública la recomendación dirigida a la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado de SLP, el titular de la SEGE, comentó que “se separó al maestro del plantel y ya se lleva a cabo la investigación de acuerdo a la norma y a las disposiciones administrativas en torno al tema y al momento de concluir dicha investigación se determina cuál será la sanción correspondiente por parte de nosotros”. Todo suena bien, solo que la SEGE reaccionó dos años después, y en más de 24
meses no ha podido integrar una investigación, después de que se violaron los
derechos humanos de, al menos tres niñas, por parte de un profesor, un servidor
público que violentó la integridad personal, trato digno, educación y desarrollo de esas menores, derechos consagrados en la Constitución. Y tú ¿qué opinarías si esa niña fuera tu, hija, hermana, ahijada? @Pfloresblavier