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El turismo de vacunas va mucho más allá de la solidaridad y la espera en tierra mexicana, en puerta de una Semana Santa atípica, pasar “al otro lado”
23:26 jueves 25 marzo, 2021
Colaboradores
Con un millón de vacunados diarios en Estados Unidos, la comparativa con México resulta hiriente. Biden ha logrado una velocidad en el proceso de vacunación suficiente para que gran parte de sus ciudadanos hayan podido acceder a la inmunización, AMLO por su parte queda debiendo ante la lentitud en la distribución y la frustración de muchos. El turismo de vacunas va mucho más allá de la solidaridad y la espera en tierra mexicana, en puerta de una Semana Santa atípica, pasar “al otro lado” permite enlistarse y acceder a la vacuna Jhonson & Jhonson en menos de 48 horas, una efectividad que no discrimina y aplica de manera directa una dosis que no requiere regreso. El viaje tiene sentido, si usted hace cálculos, los meses pasan y la vacuna se aleja, la reactivación económica y la presión social provocará una nueva ola y será un déjà vu. Es importante planear el viaje en avión, con sus documentos y pruebas validados para el acceso; la frontera no permite el tránsito en autos sabiendo la demanda masiva y el riesgo que supone abrir puntos migratorios complejos. Ante esta posibilidad, se genera un debate interesante, la solidaridad en la espera por el turno de vacunación o la salida rápida para poder inmunizarse. Este conflicto debería estar en igualdad de condiciones, algo imposible en ritmo y capacidad para decantarse por un “sálvese quien pueda”, tanto en posibilidades de pago, documentos, días vacacionales, etc. Es entendible que la opción de viaje sanitario no está al alcance de todos, motivo suficiente para polemizar y llegar a conclusiones extremas. Mientras se debate sobre el derecho o deber ciudadano y la solidaridad nacional, Estados Unidos no resulta la única opción de vacuna, Cuba trabaja su vacuna Soberana 02 abriendo el catálogo de opciones para turistas dispuestos a realizar el viaje, una opción para el disfrute de todas sus amenidades y el piquete salvador a un módico precio vacacional. Con esta visión, la isla de Cuba trabaja en crear capacidades para producir 100 millones de dosis para satisfacer las necesidades internas y de otros países.
Es claro que el sentido humanitario liga intereses comerciales, la economía depende de una rehabilitación social que solo será válida tras la vacunación, sin este enfoque, lo único que haremos ante la crisis actual es dar patadas de ahogado y lamentar la paupérrima estrategia mexicana. Imagine la rehabilitación turística con planes que permitan estancia, seguridad y proyección económica… imposible!.
En un ejercicio que bien podría llamarse “sin máscaras”, la controversia generada por agencias turísticas al ofrecer vacunación en otros países siguen sumando adeptos, tras Estados Unidos y Cuba, Costa Rica ofrece vacunas Pfizer/BioNTech y AstraZeneca de forma privada a turistas que decidan visitar el país centroamericano como destino “COVID-free”. Estas estrategias contrastan con la imposibilidad de vacunarse en México, la solidaridad debe ir mucho más allá de la incapacidad gubernamental, con personas pendientes de una segunda dosis pasada la fecha, es evidente que muchos ven mejores opciones que la lista de espera y la confianza.
Saltarse la lista no parece estar bien visto, esta ventaja atenta contra la idea de pagar por un servicio que debe ser gratuito y que infiere a todos por igual, el privilegio de brincarse el turno volverá a ser catalogado entre las opciones fifis, antipatriotas, egoístas e intolerables… mientras, muchos podrán su salud en manos de aquellos que, hasta la fecha, siguen quedando en evidencia.
Javier Rueda