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La renovación del NAFTA, TLCAN, T-MEC o póngale el nombre que más guste, ha sido un tiempo digno de telenovela, un sin fin de enredos, tiempos perdidos y politiqueo barato para llegar a una simple conclusión: BENEFICIA A TODOS
08:16 lunes 20 enero, 2020
Colaboradores
La renovación del NAFTA, TLCAN, T-MEC o póngale el nombre que más guste, ha sido un tiempo digno de telenovela, un sin fin de enredos, tiempos perdidos y politiqueo barato para llegar a una simple conclusión: BENEFICIA A TODOS. Los senadores estadounidenses aprobaron el tratado con 89 votos a favor y 10 en contra, falta que el digno de Donald promulgue el acuerdo y que la Cámara de los Comunes de Canadá haga lo propio… cuente con ello. Si usted hace memoria, el último Tratado de Libre Comercio de América del Norte, recibió en aquel entonces una aprobación por el Senado con 61 votos a favor y 38 en contra, muestra irrefutable del beneficio comercial que supone su vigencia y aplicación en la zona. La aprobación de todos los comités de la Cámara alta estadounidense, con el aval de los comités de Relaciones Exteriores, de Salud, Educación, Trabajo y Pensiones, Comercio, Ciencia, Transportes y quién sabe que más requisitos, ha demostrado la fuerza de México y la fuerte carta a jugar de cara a sus relaciones internacionales. Tras un año de intensidad y necedad “Trumpiana”, temas como aranceles y migración no dieron resultados, la firma está por llegar y se va a celebrar por todo lo alto, un triunfo a la razón. Lo que si es una realidad es que hay diferencias que pueden convertirse en ventajas competitivas para México, la actualización lleva a entender una nueva época comercial y es necesario meditar en las mejoras que requiere el país para dar el ancho a cada necesidad comercial. El T-MEC requiere que el 75% de las piezas de un vehículo se fabrique en uno de los tres países, en comparación con la regla actual del 62,5%, para permanecer libre de los aranceles al moverse entre los tres países signatarios. Esto es relevante para un México que ha girado hacia esta industria, es importante contemplar como se requiere que más piezas de vehículos sean fabricadas por trabajadores que ganen al menos 16 dólares por hora… ¿cree que esto sea un determinante para impulsar la fabricación de estas piezas a Estados Unidos? Esto será todo un tema, no deje de analizar y verá que hay áreas de oportunidad y líneas de acción necesarias si queremos parte del pastel. El informe de la Comisión de Comercio Internacional encontró que estos cambios añadirían 28.000 empleos a la industria durante seis años, al tiempo que conducirían a un pequeño aumento en el precio de los vehículos que pagan los consumidores en el país. Otro factor importante de cambio se centra en la línea laboral, Los trabajadores de manufactura culpaban al tratado de enviar trabajos a México, donde los salarios son más bajos… para USA era una prioridad que el T-MEC fortaleciera la aplicación de las normas laborales, dejando un campo de juego más nivelado para los trabajadores estadounidenses y de esa manera no perder volumen de manufactura. Para poder actualizar el acuerdo, los legisladores pudieron incluir algunos cambios en el lenguaje de aplicación, esta es la parte más escabrosa para llegar a la firma: mientras unos piden auditorías empresariales, otros defienden territorio nacional alegando que cada país cuenta con normas y esquemas de contratación dentro de las normativas establecidas. Como usted puede apreciar, el acuerdo está a tiro de gracia, detalles y “buena voluntad” serán determinantes para lograr la negociación final. Entre tanto, el país debe fijar objetivos que lo fortalezcan de una manera inminente, un ejercicio necesario en el que el T-MEC seguirá siendo el acuerdo más importante para la economía nacional. Migrar mercados, diversificar el entorno comercial y entrar a territorios no explorados debe ser otra tarea a realizar, después de lo que ha costado este acuerdo, no quiero imaginar futuros desenlaces… Javier Rueda
www.javierrueda.mx / @ruedac