Vínculo copiado
Bernanke tiene un no sé qué, un qué sé yo… un toque especial que provoca admiración, ídolo de masas y referente económico tras su gestión en la Reserva Federal estadounidense
02:05 lunes 11 mayo, 2020
ColaboradoresBernanke tiene un no sé qué, un qué sé yo… un toque especial que provoca admiración, ídolo de masas y referente económico tras su gestión en la Reserva Federal estadounidense, un tipo con agallas y de comunicación directa, de la que no deja dudas y genera confianza. Bernanke es una de esas personas que necesitaría estar presente en tiempos en los que el miedo y la incertidumbre económica piden a gritos héroes capaces de agarrar al toro por los cuernos y dejarse de lloriqueos inconsolables. Pasaba la crisis del 2008 con el mediático desahucio de Alan Greenspan, la carga de la caída hacía de Bernanke un economista devaluado… no pudo ver la crisis, aunque sabía perfectamente que el análisis económico detallado de la Gran Depresión lograría mitigar la crisis subprime; establecer políticas monetarias correctas y apostar por una recuperación lenta pero constante es un deja vu en tiempos de COVID, una confirmación a la necesidad de contar con soluciones efectivas en políticas monetarias coherentes a las necesidades económicas, un panorama en el que Super-Bernanke es experto. Debo confesar mi fanatismo por este personaje, tras leer sus “Principios de economía”, “El valor de actuar” o “Mis años en la FED” tengo claro que seré tendencioso y confiado en todo lo que se refiera a política monetaria, después de haber alcanzado en el 2009 una tasa de desempleo de 10 por ciento, Estados Unidos registró una tasa de 6.7 por ciento siendo el nivel más bajo desde que inició la recesión, un éxito que se presume parejo al que se requiere tras la pandemia. La recesión está resultando una monumental resaca, el realineamiento de precios y una reducción productiva por la falta de capacidad nos va a llevar a niveles en que surjan oportunidades de beneficio empresarial, en otras palabras, EL CAMBIO. El mundo cambió (lea bien, tiempo pasado), deje el futurismo y concéntrese en un presente en el que tras la pandemia se consolida una revolución empresarial en la que habitarán los que puedan sostener sus costos, tropicalizar el negocio y entiendan el mercado. Muchos contradicen la bajada de tasas de interés para promover el consumo y la reactivación, los anti-Bernanke alegan la dificultad deacelerar la recuperación culpando a la reducción del retraso para poder ver crecimientos sostenibles rápidos, saben que en la medida en que alargarán innecesariamente la agonía de los procesos empresariales que es preciso liquidar cuanto antes… esta eutanasia empresarial es aplicada con rigor durante la contingencia, miles de negocios mueren al no tener respuesta a cada necesidad, dicho esto, encuentre usted en esta matanza de negocio un duro filtro para dejar en el mercado a aquellos que pueden seguir operando. La reducción de tasas y las políticas monetarias orientadas a la recuperación podrán ser aplicables tras duro golpe, la estrategia Bernanke será efectiva al entender esta reducción y establecer poíticas de gasto responsable, el fomento de crédito se perfila como la gran necesidad económica del mexicano promedio, importante será saber si, para ese entonces, todavía tiene la capacidad de firmar deudas. El abaratamiento del dinero y la "facilidad crediticia" es falsa, en México aún no estamos en este esquema de consumo, la bancarización y la oportunidad del fiado va mucho más allá de un aval, la respuesta de pago está comprometida ante una cultura de gasto desmedido e irresponsable, es la verdad… La solución a corto plazo esta en la inversión en infraestructuras con una deuda asumible a corto plazo, CORTO!. Fomentar una economía de mayor valor añadido, impulsada desde el Gobierno y el acierto del Banco de México, debe ser el objetivo principal, dura y necesaria tarea para demostrar de qué estamos hechos, ¿podremos? Javier Rueda.