Tres, dos, uno... El marcador aún no llegaba al cero, cuando Mexicali entero desgarró su garganta en un solo grito. Los Soles se convirtieron en máximos ganadores de la LNBP gracias a una efervescente exhibición en el séptimo juego de las Finales en una velada mágica que desafío las leyes del sonido.  La quinteta manejada por Iván Denis -que de paso se convirtió en el coach más ganador de la Liga con tres títulos- se impuso por marcador de 66-77 sobre Fuerza Regia para sumar el cuarto galardón a sus vitrinas e igualar a los extintos Halcones UV Xalapa como los equipos más ganadores en la historia de la Liga Nacional de Baloncesto Profesional (LNBP).  Lucas Martínez aportó 15 al total de unidades que dieron el triunfo a los cachanilla, que tuvieron una efectividad del 53 por ciento en sus tiros de campo para redondear una velada épica, en la que su afición incluso rompió su propio récord de sonido con 19.8 decibeles registrados.  Y es que la esperanza es lo último que muere y es la fe la que es capaz de hacer cosas inimaginables a las personas. Así lo demostró Mexicali, que después de haber sido borrados una noche anterior en su propia casa por Fuerza Regia, los jugadores encontraron todas sus respuestas en el sostén de su gente.  Las bengalas anaranjadas y las mantas con colgadas en cada barandal del Audotorio PSF se mezclaron entre los acordes de las trompetas y tambores para crear un ambiente propicio para que la quinteta local volviera a creer en sí juego. Y así fue al menos durante la primera mitad.  Cinco triples, dos de ellos del héroe local Lucas Martínez, dieron una merecida ventaja de 20-25 a los cachanilla en el período inaugural. Una cantidad que se abultó ligeramente para el final de la segunda manga, misma que cerró su pizarra con cifras de 34-40 a favor de Mexicali.  Fuerza Regia se fue al vestidor con sólo el 36 por ciento de efectividad en sus tiros de campo y sólo dos Triples de 11 intentados. El peor día para salir con la mira chueca auguraba lo peor para los de Paco Olmos.  Apenas comenzado el tercer periodo, un foul y cuenta en un triple de Éric García aventó un nuevo cubetazo de agua helada a los regiomontanos, que seguían abrumados por la sofocante presión de la olla exprés disfrazada de tribunas.  El cuarto periodo fue magistral por parte de los dirigidos por Denis, que añadieron el toque final a un partido cuya ejecución fue una obra de arte, misma que quedó enmarcada para la posteridad en lo más alto de su templo sagrado, junto a los banderines de 2006, 2014-15 y 2017-18. Porque esta fue la noche de los Soles, que no dejaron de iluminar con la incandescente fe de sus fieles como combustible. 

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Excelsior