LONDRES.- El líder histórico del Sinn Féin, Gerry Adams, salió ileso de un ataque con un artefacto explosivo contra su domicilio en Belfast, capital de Irlanda del Norte. Un grupo de desconocidos lanzó la noche del viernes un artefacto explosivo a la vivienda de Adams, exlíder del partido nacionalista irlandés Sinn Féin, en la capital norirlandesa, Belfast, informó el diario londinense The Guardian. Además de la casa de Adams, también ha sido atacada la del miembro del partido irlandés Bobby Storey. El Servicio de Policía de Irlanda del Norte (PSNI) confirmó el viernes que estaba lidiando con dos incidentes en dos direcciones en el oeste de Belfast , aunque los agentes se negaron a dar más detalles. Gerry Adams, por su parte, informó a través de su cuenta en la red social Twitter, que no hubo afectados por el ataque. Estamos todos bien. Nadie ha resultado herido. Gracias por todos os mensajes y gracias a todos nuestros maravillosos vecinos, la guardia del barrio y los representantes del Sinn Féin, que han llegado enseguida", escribió Adams en Twitter tras el ataque, que causó leves daños materiales. Sus nietos se encontraban jugando en la calle antes de la explosión, pero tampoco han sufrido daños. El Sinn Féin calificó de "reprensibles y cobardes" los ataques contra Adams y Bobby Storey, que se desempeñó como presidente del partido en el norte, de acuerdo con The Guardian. Apelaría por la calma. Estos ataques son actos desesperados de grupos cada vez más desesperados e irrelevantes", dijo Gerry Kelly, portavoz de policía y justicia del Sinn Féin, en un comunicado publicado la noche del viernes. Los ataques tienen lugar después de días de violencia callejera en la ciudad irlandesa de Londonderry con motivo del 20 aniversario de los acuerdos del Viernes Santo, el alto el fuego entre el IRA y el gobierno británico que Adams facilitó y pusieron fin a décadas de violencia en Reino Unido. Sin embargo, varios grupos de nacionalistas norirlandeses siguen activos y acusan de traición a Adams, por mucho que contribuyera a acabar con un conflicto que costó las vidas de más de 3.000 personas. -- EXCÉLSIOR