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En Acción Nacional no son nuevos los éxodos de sus militantes, históricamente han tenido diversos personajes que han desertado por diferentes motivos, pero el principal es y ha sido la SOBERBIA, mal que aqueja a muchos políticos de nuestro país y hoy más notorio en San Luis Potosí
07:30 domingo 14 febrero, 2021
EN LA OPINIÓN DE CLAUDIO GARCÍAEn Acción Nacional no son nuevos los éxodos de sus militantes, históricamente han tenido diversos personajes que han desertado por diferentes motivos, pero el principal es y ha sido la SOBERBIA, mal que aqueja a muchos políticos de nuestro país y hoy más notorio en San Luis Potosí. Soberbia se define como “el apetito desordenado de ser preferido a otros”, se asocia a la altivez, al engreimiento, a la altivez, a la presunción, a la petulancia. Vamos es creer que uno es mejor que otro, también hay soberbia en los dirigentes. Pero el apetito por ser preferido por encima de otros, el engreimiento de sentirse el mejor, el más adecuado y hasta el más deseado políticamente es lo que hoy vemos como algo común en nuestra clase política. Esa soberbia esa vanidad que adolece de falta de sustancia y a donde no se suman las voluntades, no se respetan los compromisos y solamente prevalece el sentirse superior a los demás, de preocuparse más por estar en las “listas electorales” que por la motivación principal que debe ser el bien común, que inicia desde el partido en el que se milita, eso es lo que sucede con la dirigencia estatal del PAN potosino y de quienes mueven los hilos de esta. De Acción nacional se han marchado por controversias internas personajes como Efraín González Luna, Carlos Castillo Peraza, pablo Emilio Madero, Bernardo Bátiz, José González Torres, Jesús González Schmall, Fernando Gómez Mont, y otros más que al no estar de acuerdo con la dirigencia abrazan otro camino. Hay quienes huyeron a refugiarse en los brazos del enemigo contra el que tanto lucharon; Manuel Espino, Tatiana Clouthier, Germán Martínez, Gabriela Cuevas, Patricia Durán, Ricardo Sheffield, casi todos entre los 15 y 30 años de militancia en el partido azul. Se fueron por otro mendrugo, también la SOBERBIA los consumió. A esta última lista sumaría a Sonia Mendoza, aunque hay quien lo llama “arrebato de pasión”, al final se concluye en lo mismo, SOBERBIA, al refugiarse en los brazos de a quien tanto critico en los discursos de sus últimos años. Quienes hoy gobiernan Acción Nacional en San Luis Potosí están sobrados de SOBERBIA, sus acciones lo demuestran, y que no es el bien común su fin último de servicio dentro del partido y buscar gobernar con la misma finalidad, servir a la ciudadanía, que por tanto es la que menos les importa. La lucha contra estos debe ser desde dentro del mismo partido, ser críticos y buscar la suma de voluntades, no la salida fácil: “no me das lo que pido o quiera entonces me voy” y se van refugiar en lo que más detestaron. Como decía el maestro Pepe Alameda “el toreo no es graciosa huida, sino apasionada entrega”, así es la política. Sí, lo que ha demostrado la dirigencia estatal del PAN y quienes la manejan es su gran impotencia, la carencia de capacidad para el diálogo, para admitir lo que el otro propone, sugiere busca. Mediar para lograr consensos, pero los SOBERBIOS es lo que menos tienen porque solo se dirigen por sus intereses, personales, de grupo y económicos. Por lo visto a estos solo les importa tener el hueso de diputaciones federales y estatales, controlar al partido y negociar para sus intereses, la ciudadanía, los principios y doctrina del PAN les vale progenitora, al igual que San Luis Potosí.
Lamentable porque frente al Estado Megalómano no hay una posición de humildad, de construir la vía a través de un partido democrático y por tanto de poder edificar un gobierno lejano a la tentación totalitaria, que convenza a la sociedad cuyo fin sea el bien común. Pero a la dirigencia y a quienes huyen les falta humildad y generosidad política. DETALLES
Lo que le pasa al PAN también le pasa al PRI.
El prismacolor político potosino se debe entender desde el pragmatismo, pues hay que quitar todo el poder que hoy tiene el habitante de Palacio. Pero los “puristas” poco entenderán y menos aceptarán, pero hoy no hay de otra para que al país no se le siga hundiendo. Un día dijo “digno de mazmorra” refiriéndose a Ricardo Gallardo Cardona, ahora se entrega, ahora le levanta la mano. Al igual que otros, ¿qué pasó con el “no mentir, no robar y no traicionar”?, dónde quedó el joven que prometía ser un buen político. Otra vez el orgullo, la vanidad. De lo que pasa en Morena la menos culpable es la doctora Mónica, ella siguió la instrucción y su legítima aspiración, que esto sirva a los intereses de palacio y del carnal Mario Delgado, es otra cosa. “Es un presidente enfermo de salud física, de salud mental, salud emocional y salud espiritual” dixie Juan Carlos Romero Hicks. ¿Alguien lo duda?: 50 mil mentiras en 26 meses; no usa cubrebocas; 200 mil muertes por Covid avalan su doma al mal; y la última, Santa Lucía la mayor obra aeroportuaria en el mundo. Hay un problema Willy.