Éste lunes formalmente regresaron actividades académicas más de 30 millones de niños, niñas y adolescentes en todo el país. Concluyeron un ciclo escolar atípico con actividades en línea algunos, otros en clases con sus padres y madres de familia con su asesoría. Ya hoy comenzó el siguiente ciclo escolar, pero como nunca lo habíamos visto, sin niños en las escuelas, sin las carreras matutinas para dejarles en los planteles, un año escolar muy distinto, con muchos retos y con la intención como cada año de aprender. La pandemia nos trajo un ciclo escolar distinto. También nos trajo una nueva forma de convivencia, una forma diferente de llevar la vida cotidiana que teníamos, y el cambio drástico que hemos tenido esta en lo relacionado con las actividades escolares. Después de un largo debate sobre el momento adecuado de incorporación de las infancias a las actividades escolares, nos encontramos con esta fecha límite el 24 de agosto. Lo que esperamos en esta segunda ola de la pandemia para niñas, niños y adolescentes, es que actuemos con mucha responsabilidad tanto docentes, padres, madres de familia, porque el hogar hemos visto no siempre es el espacio más seguro y ahora hemos adoptado el internet como parte del proceso de enseñanza, y tenemos que orientar sobre la mejor manera de utilizarlo para evitar la propensión de hechos que les pongan en riesgo. Las relaciones humanas son complejas, pero es importante que los niños y las niñas en sus hogares, que van a permanecer otros meses, no sean víctimas de violencia familiar, ciberbulling, de ciberacoso, queremos que vivan las actividades de este nuevo regreso a clases con tranquilidad, armonía, tolerancia y respeto. Los niños y las niñas, así como los adolescentes, por sus edades tienen mayor vulnerabilidad, lo hemos visto en estos meses en el que la parte invisible de la pandemia han sido este grupo etario, ya que los problemas familiares en muchos de los hogares se recrudecieron y se registró un aumento en los índices de violencia familiar. Los expertos en psicología nos están alertando sobre el aumento de los niveles de estrés por la inseguridad económica y por ende alimentaria, el desempleo, la violencia familiar. Los niños y niñas perciben los hechos como sus papás o sus mamás lo perciben y por eso es muy importante que nosotros como personas adultas también llevemos mucho autocontrol sobre la información que revisamos, sobre los diálogos que tenemos, no solamente con respecto de la pandemia, sino del entorno violento que estamos viviendo. De acuerdo con información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, al mes de junio en llamadas de emergencia al número 911, se registraron 115,614 por probables delitos de abuso sexual, acoso sexual, violación y violencia familiar. Éste tipo de delitos están en el espacio doméstico, dentro de la casa, cometidos contra niñas y niños o en presencia ellos, por lo que las repercusiones de la pandemia los tenemos a corto, a mediano y a largo plazo La Unicef que es el órgano de Naciones Unidas para la protección de la infancia ha publicado en redes sociales material con consejos para los padres y madres sobre el apoyo emocional que requieren los niños y las niñas durante esta pandemia. Veamos los puntos básicos que la Unicef nos recomienda: 1.    El diálogo,

2.    Limitar el acceso a televisión y redes sociales una vez que han concluido su jornada académica

3.    Intentar percibir la situación que vivimos de una manera más proactiva

4.    Actividad física todos los días

5.    Establecer con precisión una rutina.

6.    Recordar siempre las medidas de higiene, y además enseñarles a que lo hagan con mucha frecuencia.

7.    No recurrir a la violencia para corregir.

8.    Dieta balanceada