Vínculo copiado
No sé si este año puedan venir cargados de regalos, me imagino que será difícil no quedarse a mitad de camino por falta de presupuesto; espero ningún mercader sin escrúpulos les robe los camellos o quizás, me parecería lo más prudente, lo que nos merecemos es un saco lleno de carbón
01:18 lunes 4 enero, 2021
ColaboradoresDado que no son pocas las personas que dieron por perdido este 2020, no me parece descabellado enviar mi carta a los Reyes Magos, la ilusión de poder recibir el último presente de la época navideña. Estoy seguro que sus Majestades de Oriente son los únicos con poderes para escuchar estos deseos, mis anhelos para la reconstrucción de un mundo post-COVID19 no deben caer en saco roto…
Queridos Reyes Magos: No sé si este año puedan venir cargados de regalos, me imagino que será difícil no quedarse a mitad de camino por falta de presupuesto; espero ningún mercader sin escrúpulos les robe los camellos o quizás, me parecería lo más prudente, lo que nos merecemos es un saco lleno de carbón…
Para este 2021 tengo varias peticiones, ojalá puedan ver la necesidad y valorar opciones, me he portado bien y prometo seguir haciéndolo. Entramos en un año de elecciones, ojalá pueda resistir la tentación de la polarización, será difícil pero prometo hacer todo lo posible para no desesperarme entre tanto chairo y fifí del entorno.
Ojalá el control de la inflación se traduzca en inversión, valoro como las finanzas públicas pudieron “resistir” la caída de la economía, aunque espero una mejor balanza con los empresarios y personas que no pudieron sobrevivir a los estragos de la pandemia. Les pido regresen la autonomía al Banco de México, que la relación vuelva a su cauce y que cada involucrado pueda valorar su rol en esta historia.
La cuesta de enero se presume complicada, pese a las agonías económicas y a la incesante lucha COVID, las rebajas supondrán otro tanque de oxígeno económico para todas las empresas sobrevivientes… deseo se premie la virtualidad y no sea otro motivo de contagio ( uno más ), entiendo en este punto la guerra está perdida y la vacuna es mi única esperanza tras demostrar que en cuestión de control social esto es un verdadero relajo, no aprendimos la lección y nos arrepentimos de nuevo ante la oleada de tristeza que azota el país. Espero la vacuna se administre de manera responsable, que todos tengan oportunidad de recibirla y que no sea una muestra de desorden social ni motivo político.
Las empresas en el país llegaron en un punto crítico en el 2019, esto las dejó muy mal paradas para poder afrontar la pandemia; si analizamos este precedente, sabemos que no basta con la intención para poder sobresalir en el 2021, pido se vire un poco el rumbo hacia apoyos y líneas de estímulo, tanto para Pymes como para grandes empresas de cada sector… Queridos Reyes, por favor den luz y creatividad a todos los que pueden innovar y marcar un camino diferente: la llave de nuestra salida está en la actualización, la generación de empleo y el apoyo económico para sobrevivir o crear nuevos negocios.
Por supuesto deseo paz y amor, sobre todo entre Gobierno y Empresarios, enfadados y cada quién por su lado hacen muy complicado el poder resarcir daños, esperemos se vea un apoyo real para que esa frase que empieza a sonar de “Sexenio Perdido” no se convierta en una realidad. Durante los últimos diez años no tuvimos una economía en retroceso, si es cierto que no crecimos al ritmo esperado pero, valorando un 2019 con pérdida ( -1% ) y un 2020 con caídas de espanto, ojalá este año crezcamos más de ese 3.8% esperado.
Por supuesto deseo lo mejor a Biden, un tanquecito de oxígeno para la política migratoria y el mundo, China respira mejor a pesar de tanto virus y seguramente se pudiera diversificar nuestra economía de mejor manera; Inglaterra está en busca de nuevos aliados tras su Brexit eterno, será bueno ver que hay en el mercado. Espero que el petróleo de lugar a las nuevas energías alternativas, aunque de ser así no nos irá muy bien ante la cabezonería de seguir en un proyecto caduco… me resisto a ser la Venezuela del Norte y me niego a admitir discursos que en el pasado ya han sido muestra de fracaso político, económico y social.
Deseo paz y amor, no de esos que se promueven entre besos y abrazos, sino los que da una justicia bien administrada. Sueño con un México tranquilo, con menos narco-novelas y más centrado en factores que le permitan tener mayor aspiración.
La negación resulta ser la peor crisis económica en la historia de México, no admitir y cerrarse en el discurso supone mayor pobreza, desempleo y la triste realidad de saber que el país padecerá una recuperación larga y dolorosa… Se que he pedido muchas cosas, pensándolo bien, siempre nos quedará el avión presidencial, creo que ese podría ser un gran regalo…
Javier Rueda