Los primeros años de Arsene Wenger en el Arsenal fueron gloriosos, con títulos y un juego espectacular que enamoró a los aficionados, pero con el paso del tiempo, el éxito se le negó al entrenador francés. Al final, el estratega pasó 22 años en el club, algo de lo que ahora se arrepiente. "Tal vez el haberme quedado 22 años en el mismo club. Soy alguien al que le gustan las cosas nuevas, que le gusta el cambio. Pero también me gustan los retos, cada vez fui un poco prisionero de mis retos", dijo Wenger cuando le preguntaron cuál ha sido el peor error en su carrera. El arrepentimiento de Wenger, quien le dio tres títulos de Premier League al Arsenal entre 1997 y 2004, tiene que ver sobre todo con su familia, ya que su trabajo le exigía ponerse el traje de director técnico día y noche. "Me arrepiento de haber sacrificado todo lo que sacrifiqué porque me doy cuenta de que lastimé a mucha gente alrededor de mí. Descuidé a mucha gente, a mi familia y a la gente cercana a mí. Pero muy en el fondo, el hombre obsesionado es egoísta en su persecución de lo que ama. Se pierde de muchas otras cosas, pero es un hueso que perseguir al mismo tiempo". Sobre la misma línea, Wenger aseguró que sus expupilos, Patrick Vieira y Thierry Henry, serían buenos entrenadores, mas no sabe si ellos estarían dispuestos a sacrificar tanto como él. "Es una obsesión que rebota en tu cabeza día y noche. Te despiertas a las 3 de la mañana pensando '¿debo poner a jugar a este o al otro? ¿La mejor manera de ganar este partido es esta u otra?' Es un trabajo que nunca dejas", agregó en entrevista con la estación francesa de radio RTL. Wenger aún no sabe si volverá a entrenar a otro equipo o si usará su conocimiento de futbol para otra cosa. "Esa es la pregunta que necesito responder en los próximos dos o tres meses".

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Mediotiempo