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¿No le parece una locura que un jubilado gane entre 200 mil y 941 mil pesos al mes? Sin lugar a dudas. Pues resulta que dos universidades públicas en México pagan estas cantidades
23:03 martes 21 noviembre, 2017
Colaboradores¿No le parece una locura que un jubilado gane entre 200 mil y 941 mil pesos al mes? Sin lugar a dudas. Pues resulta que dos universidades públicas en México pagan estas cantidades a personal que laboró en sus aulas. Se trata de la Universidad Autónoma de Colima y la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Otras universidades como la Autónoma de Nuevo León y la Autónoma del estado de Hidalgo pagan pensiones entre 100 mil y 150 mil pesos al mes. Pero estas cantidades estratosféricas nos llevan a hacernos otra pregunta. ¿Por qué ganan tanto?, ¿cuánto ganaban cuando eran trabajadores activos? Lamentablemente no existe una respuesta institucional convincente. El rector de la UASLP literalmente le saca la vuelta al tema de pensiones cada que se le interroga sobre él. Afirma que a diferencia de otras universidades en San Luis estamos bien, no obstante, se adeudan 197 millones al fondo de pensiones de la universidad. ¿Se puede decir que las finanzas de las pensiones son sanas cuando se adeudan 197 millones? Por supuesto que no. Y el problema no termina allí. Al menos 24 universidades en el país no han realizado reformas a sus sistemas de jubilaciones y algunas de ellas ya están en quiebra técnica, término que se utiliza cuando se tienen deudas superiores a los ingresos y bienes. Estas universidades tienen activos por 355 mil 308 millones de pesos, pero su pasivo laboral es de 713 mil 252 millones, es decir, las pensiones representan el doble de los bienes de estas instituciones educativas. Si no se toman medidas urgentes, no tardaremos en ver en San Luis acciones como las de otras universidades que han tenido que solicitar adelantos para pagar su nómina y lo que es peor se podría detener el pago de salarios o la construcción de nueva infraestructura. Un país como México no puede permitirse el lujo de poner en riesgo la educación de miles de jóvenes por culpa de un sistema de pensiones obsoleto, que urge cambiar.