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Desde la Redacción
00:13 lunes 9 octubre, 2017
DESDE LA REDACCIÓN SLP¿No le parece una burla a la democracia que en San Luis Potosí tres partidos políticos estatales tengan líderes “vitalicios”? Pues aunque a usted le parezca una burla a los diputados locales les parece una “decisión respetable” en la que no se pueden meter.
Y es que para darle más detalles: >Óscar Vera Fábregat, presidente de Conciencia Popular, tiene en ese puesto 19 años. >José Belmárez Herrera lleva 27 años ocupando puestos de decisión en el Partido del Trabajo. >Manuel Barrera Guillén lleva 15 años tomando decisiones en el Partido Verde Ecologista de México y recientemente fue nombrado presidente del PVEM para un nuevo periodo. Es decir, estos personajes, además de turnarse una diputación plurinominal en el Congreso con otros miembros de su partido, para regresar a ocupar una curul cada 6 años, llevan casi dos décadas viviendo del erario público, amparados en sus partidos políticos. Sus partidos hace mucho que dejaron de ser partidos, son pequeñas empresas para beneficiar a un selecto “grupo de amigos”, porque tampoco son organizaciones políticas abiertas al público, se reparten los beneficios, pero estre ellos. Esto es lo que les ha permitido permanecer en el cargo durante años. Basta preguntarle a Óscar Vera, porque sigue siendo presidente de Conciencia Popular y de inmediato dirá que sus militantes así lo quieren. Los diputados locales tienen razón cuando dicen que es un asunto que compete a la vida interna de los partidos, que cada partido tiene su propio reglamento, pero deberían recordar que los partidos son financiados con recurso público, con millonario recurso publico, entonces sí se puede intervenir en su vida interna. ¿Cómo? Regulando la normativa interna de los partidos. Por ejemplo, prohibir que los estatutos internos permitan que un presidente se reelija por más de tres periodos consecutivos. Lo que ocurre es que los partidos “morralla” son usados cada periodo electoral por los partidos “grandes” para sumar votos a sus candidatos, a través de alianzas, por esa razón, los diputados del PRI, PAN y PRD prefieren hacerse de la “vista gorda” y dejar que grises personajes de estos partidos sigan viviendo descaradamente del recurso público. No estaría mal darle una checada a sus padrones de afialiados. ¿Cuánto crecen cada año? ¿se afilian nuevas personas a sus filas por mes? Esto nos daría una idea más clara de si son “partidos vivos” o “partidos de vivillos”.