Frío, soledad, cientos de tumbas abandonadas y un permanente silencio… es lo que se puede este 2 de noviembre, durante el Día de Muertos, en el panteón del Saucito; uno de los cementerios más antiguos e icónicos de la capital potosina, que fue cerrado en estas fechas debido a la pandemia del Covid-19.  La determinación de la autoridad municipal fue el cierre del panteón al público desde este 31 de octubre y hasta el 3 de noviembre.  La vista por fuera: un panteón con puertas cerradas con avisos de prohibida su entrada. Ni siquiera se puede entrar para realizar trámites administrativos. Comercios de comida sin un consumidor y aunque alguno que otro locatario abrió para su venta de flores, no se pudo ver ni un solo visitante que acudiera para implorar el ingreso.  Mientras tanto, por dentro… “un panteón muerto”; sin ninguna persona que visitara a su familiar, amistad o cercanía. Silencio, sólo silencio… luego se escuchaba el viento susurrar, pero golpeaba muy frio.  Ahí se encontraban unos cuantos trabajadores del cementerio quienes mantienen limpio el lugar, así como un par de policías de la autoridad municipal para asegurar ningún ingreso.  El panorama fue muy diferente al de cada año en que se celebra el tradicional Día de Muertos en México en este que es uno de los panteones que mayor aglomeración de personas registran por quienes visitan a sus seres queridos ahí sepultados para acompañarlos con adornos coloridos, música, rezos o incluso llantos… hoy no hay nada de ello.  Aunque este 3 de noviembre se espera se reabran nuevamente las puertas del cementerio, uno de los trabajadores alertó que pudiera ampliarse el plazo para evitar la concurrencia de la ciudadanía, pero de ello, aun no hay nada certero.