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Al “régimen político en el que una sola persona gobierna con poder total, sin someterse a ningún tipo de limitaciones y con facultad de promulgar y modificar leyes a su voluntad”, se le llama dictadura
01:54 domingo 11 octubre, 2020
EN LA OPINIÓN DE CLAUDIO GARCÍAAl “régimen político en el que una sola persona gobierna con poder total, sin someterse a ningún tipo de limitaciones y con facultad de promulgar y modificar leyes a su voluntad”, se le llama dictadura. Así cuando el poder Legislativo, el Judicial y las instituciones autónomas o independientes se someten al Ejecutivo o bien por sus instrucciones desaparecen, estamos frente a la concentración y una ilimitabilidad del poder, características de una dictadura. Cuando en el discurso de quien detenta el poder alega que él representa al pueblo y el pueblo es el que manda y por tanto él es el pueblo. Cuando no se escucha ninguna voz y se denigra a través de la mentira a quienes no coinciden con él, estamos frente a una dictadura. Quien amenaza y ofende desde el poder, defiende o ignora a la corrupción de los sus más cercanos. Cuando se es indiferente frente a las muertes de niños y adultos, que es omiso a los derechos humanos y puede negar los hechos solo con su voz, pero la realidad acaba por desnudar sus mentiras. Estamos en una dictadura. Cuando la calumnia y la agresión son lo cotidiano de los discursos contra quienes se oponen a él. Cuando las acciones y reformas que impone destruyen la economía del país e invierte en obras no prioritarias. Y cuando se utilizan las instituciones del estado para perseguir o amedrentar a los que él llama enemigos, estamos frente a una dictadura. En el México de hoy se han sometido los poderes Legislativo y Judicial al Ejecutivo. Órganos como la Comisión Nacional de Derechos Humanos quedan a disposición del presidente. Hoy las cifras demuestran que han aumentado los homicidios, las violaciones, los feminicidios. En nuestro país vivimos la peor caída de la economía, en la salud, en la educación. Aquí ya no importa la ciencia, la investigación, el desarrollo tecnológico, el medio ambiente y mucho menos la libertad de prensa o de expresión. En nuestro México de hoy no importan 83 mil muertes “porque la pandemia está domada” ( cuando eran menos de 3 mil fallecidos) y los niños con cáncer mueren por falta de medicamentos y hoy no se cuenta con las suficientes vacunas contra la influenza. Hoy el discurso de López Obrador es el del dictador, porque ha impuesto soluciones simplistas a problemas complejos, porque su mesianismo impulsa su proyecto, porque domina a las instituciones autónomas o las desaparece, y se ha apropiado del poder legislativo y judicial ( con minúsculas). Desapareció los fideicomisos con la mentira de la corrupción o de la acusación no probada. Ahora pretende cambiar la Constitución para estar con “su consulta” innecesaria cuyo trasfondo es preguntar al “pueblo bueno” si se enjuicia o no a los expresidentes, pero que sea el mismo día de las elecciones de junio 2021. Quiere presencia en la boleta. Y es que para completar su proyecto dictatorial requiere contar con la mayoría de las 500 curules federales en juego y si puede con la mayor parte de las 15 gubernaturas en disputa (con todo y que ya le rinde pleitesía lo que queda de la Conago). Andrés Manuel López Obrador nos demuestra que él es un dictador como lo fue Hitler, Mussolini, Franco, Perón, Castro, Pinochet o hasta el mismo Cárdenas. O como los actuales dictadores neopopulistas como Hugo Chávez, Trump, Erdogan, todos han pedido lealtad total. “Obediencia ciega”, pidió el dictador, López.