Parecería ser que una tentación latente en los gobiernos es la instauración de precios fijos principalmente en aquellos productos que forman la canasta básica, la intención sería muy clara, contrarrestar el posible aumento en los artículos de uso cotidiano para la mayoría de la población, lo cual no representa una buena idea, por varias razones. La primera de ellas es que la instauración de precios fijos provoca una disminución de la calidad de bienes y servicios que se ofrecen ya que los productores ante la necesidad de mantener una utilidad y dado que el precio está regulado, simplemente y con el objeto de mantener su ganancia disminuye en la calidad de los mismos, por lo que ante la necesidad de las personas de adquirir dichos productos se ven en la necesidad de adquirirlos en mayor cantidad con el consecuente aumento del gasto familiar. La segunda de ellas, se refiere a la posibilidad latente de la escasez de bienes y servicios, si los productores no perciben una utilidad económica mínima razonable, provocará su salida de mercado con la consecuente necesidad de buscar los productos en mercados alternativos como el extranjero o en caso el mercado negro. La última razón, se debe que, ante la escasez de productos, el gobierno esté dispuesto a otorgar un subsidio o bien a pagar a los productores para que ofrezcan los bienes y servicios y al mismo tiempo mantenerlos al precio fijado por el propio gobierno, lo que se traduce en que a fin de cuentas la población o una parte de ella es quien termina pagando la utilidad del empresario a través de los impuestos. La solución para que el consumidor pueda acceder a diferentes productos no debe tratarse con fijar un precio de los mismos, debe hacerse a través de mejorar el ingreso de las personas y esto se hace únicamente incrementando la productividad, de lo contrario siempre existirá una lucha interminable entre los sueldos altos y los precios altos y todos salimos perdiendo. @Oliver_Arroyo