Vínculo copiado
Se podrían llevar a cabo a puerta cerrada
19:06 jueves 21 enero, 2021
Deporte Nacional e InternacionalDesde la intensa emoción del día en el que la capital japonesa fue elegida como sede olímpica para 2020, el camino hacia los Juegos de Tokio, marcado desde hace un año por la pandemia del covid-19, ha estado sembrado de obstáculos. El 8 de septiembre de 2013, Tokio recibió el encargo de ser la sede de los Juegos Olímpicos de 2020. El país lo celebró y presentadores de televisión llegaron a llorar de emoción. Muchos habían temido que el accidente nuclear de Fukushima, fruto del gigantesco sismo y tsunami de 2011, arruinara el proyecto olímpico. El gobierno apostó entonces por el éxito de lo que llamó "los Juegos de la reconstrucción". En julio de 2015, el primer ministro Shinzo Abe ordenó una revisión completa del proyecto del nuevo estadio Olímpico, tras las críticas por su elevado coste (casi 2.000 millones de euros, 2.427 millones de dólares). Los planes de la arquitecta iraquí-británica Zaha Hadid se cancelaron y la obra recayó en el diseño del japonés Kengo Kuma. Otro contratiempo llegó en septiembre de 2015: el Comité de Organización debe renunciar al primer logotipo de los Juegos ya que se parecía mucho al de un teatro de Lieja (Bélgica), cuyo creador había recurrido a la justicia. El 19 de marzo de 2019, el presidente del Comité Olímpico Japonés, Tsunekazu Takeda, que tenía 71 años, anunció su dimisión, oficialmente debido a su edad. Pero estaba bajo presión desde la revelación en enero de ese año de la acusación judicial en Francia como sospechoso de sobornar a miembros del Comité Olímpico Internacional (COI) en 2013 en apoyo de la candidatura de Tokio. El mes siguiente llegó otra dimisión, la del ministro responsable de los Juegos Olímpicos, Yoshitaka Sakurada, que había cometido varios errores en sus seis meses en el cargo. A mediados de 2019, las altas temperaturas y una humedad extrema en Tokio fueron un suplicio para los atletas durante las pruebas-test para los Juegos Olímpicos. A principios de octubre, el COI decidió trasladar el maratón olímpico a Sapporo, a 800 kilómetros al norte de la capital nipona. Ante los números récord de infecciones por el nuevo coronavirus en Japón, el gobierno del país decreta el estado de emergencia en once departamentos del país, entre ellos Tokio y su gran periferia, a medio año de los Juegos Olímpicos. El gobierno y los organizadores insisten en que el evento sigue adelante, pero aparecen disensiones: Taro Kono, un ministro clave del ejecutivo japonés, estima que no se debe descartar ningún escenario. Los sondeos más recientes muestran que un 80% de los japoneses desean que el evento sea aplazado o directamente cancelado. Thomas Bach insiste en que los Juegos se disputarán en las fechas previstas y que "no hay un plan B". EXCÉLSIOR