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San Luis Potosí termina la segunda década en medio de un proceso de planeación urbana que se había rezagado, con falta de infraestructura moderna, innovación y tal vez lo más importante, con falta de mecanismos de coordinación entre gobiernos
06:53 viernes 3 enero, 2020
ColaboradoresEsta semana inició el año con el que concluimos la segunda década de este siglo, tal vez hace 30 años, nos imaginamos una ciudad diferente. El fin de la segunda década del siglo XXI implica una serie de retos urbanos que pueden ser muy diferentes a lo imaginado en 1970, cuando México se volvió un país urbano, o a finales del siglo pasado cuando América Latina se convirtió en la región más urbanizada del mundo. Tal vez nos imaginamos ciudades modernas, más sustentables o simplemente mejores lugares para vivir. Hoy, las ciudades de América Latina, México y San Luis Potosí enfrentan retos similares y básicos, con algunas particularidades, pero algunos otros específicos por la forma como hemos construido la ciudad. Los retos similares se refieren por supuesto a la movilidad, a la relación con el medio ambiente, a la energía y la seguridad. Las particularidades tienen que ver con las acciones que se han emprendido para hacer frente a esos retos. Los temas específicos en San Luis Potosí son el agua y la planeción urbana. San Luis Potosí termina la segunda década en medio de un proceso de planeación urbana que se había rezagado, con falta de infraestructura moderna, innovación y tal vez lo más importante, con falta de mecanismos de coordinación entre gobiernos, que garanticen acciones públicas efectivas. Hemos dejado de ser una ciudad en crecimiento para convertirnos en una ciudad en proceso de consolidación, ya pasamos de las dinámicas aceleradas y ahora nuestros “rendimientos” comienzan a decrecer. Nos encontramos en una nueva etapa de urbanización que debemos identificar rápidamente para mantener los beneficios que se han logrado. Debemos de cambiar rápidamente nuestra “conciencia” urbana, ya somos una ciudad madura, por tanto nuestras políticas, proyectos e iniciativas deben de ser congruentes, cambios importantes respaldados por gobiernos líderes. Dificilmente podremos mejorar con acciones limitadas por las tradiciones; es decir, por lo que hemos hecho durante estas dos décadas. Necesitamos un gobierno innovador que agregue valor a la ciudad. El año 2020 es muy simbólico para nuestra ciudad, implica el fín de la segunda década, el cambio de la ciudad media a la gran ciudad, la transición hacia los nuevos retos, el último año completo de las administraciones. Habrá que prepararnos para un año 2021 de inició de la tercer década, de elecciones y de incertidumbre, por ello es muy importante lo que se defina este año. Esperemos que los buenos deseos que compartimos para nuestras familias y amigos, también sean para que a nuestra ciudad le vaya bien en el 2020.