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El otro aspecto identificado, es en niñas de entre 12 a 14 años viviendo relaciones de “noviazgo” con adultos jóvenes, a quienes conocieron por redes sociales
01:04 martes 1 junio, 2021
EN LA OPINIÓN DE GLORIA SERRATOEl abuso sexual en niñas, niños y adolescentes es una problemática que repercute en su futuro mayores, y les coloca en una mayor condición de vulnerabilidades. La pandemia del COVID 19, nos ha dejado secuelas negativas en diversos aspectos de las personas, entre ellos, este tipo de situaciones que trasgreden la dignidad e integridad física y emocional de las personas menores. Durante esta pandemia el encierro ocasionado por la misma, ya está arrojando situaciones de violencia contra niñas, adolescentes, adultas mayores, y mujeres. En las niñas vemos situaciones entre muchas otras, relacionadas con abusos físicos, psicológicos, sexuales, perpetrados por familiares directos, amigos de la familia, vecinos, que se generó ante la incorporación de padres y madres a sus trabajos, y se vieron en la necesidad de encargarles a otros de su cuidado. El otro aspecto identificado, es en niñas de entre 12 a 14 años viviendo relaciones de “noviazgo” con adultos jóvenes, a quienes conocieron por redes sociales, o por ser amigos cercanos de sus familias, vecinos, familiares lejanos, que aprovecharon la cercanía con las niñas para “enamorarlas”, engancharlas y posteriormente sostener relaciones sexuales. Cuando hablamos de esta segunda situación, el delito que se establece de acuerdo al código penal es la violación. Sin embargo el modo de operación de estos adultos jóvenes fue la seducción, el enamoramiento, ganarse la confianza, tanto de las personas menores como de las madres o padres de familia, no entra en el delito del estupro en razón de la edad de la menor, se registraron casos que se detonaron a partir de la sobreexposición de las niñas a las redes sociales en Internet. La pandemia ha trastocado nuestro entorno de vida, estamos viendo y viviendo situaciones muy delicadas, hechos relacionados con el Grooming, que se trata de acoso y abuso sexual a través de diferentes medios electrónicos, como son las redes sociales en internet. Son formas por supuesto de delitos como el acoso, el hostigamiento sexual, el abuso sexual, la violación, la trata de personas con fines de explotación sexual, en el que un adulto se pone en contacto con una niña o un niño, se gana su confianza paulatinamente, hasta que lo cita para tener una reunión física y la involucra en una actividad sexual. Es importante identificar que en este tipo de relaciones entre personas adultas con niñas y con niños se está ejerciendo un uso abusivo del poder que tiene una persona. Esto tiene que ver con la forma de convencimiento, de tal manera que la niña o la persona menor no identifica el daño que está viviendo. Los padres y las madres de familia durante esta pandemia tuvieron que ingeniárselas para poder organizar sus tiempos laborales, con las jornadas escolares de sus hijas e hijos, y en muchos casos se fueron apoyaron con otros familiares tales como abuelas, abuelos, tías, tíos, e incluso con amistades y vecinos. Esta circunstancia, aunada al contexto que se vivió por la pandemia, los niños y las niñas tuvieron que estar más tiempo conectados a Internet para la realización de sus actividades escolares, ya sea en la computadora o en un dispositivo móvil, y que muchas de las personas menores buscaron entretenimiento en juegos en internet, que tienen disponibilidad de salas de chat en el que interactúan no siempre con personas de su edad, sino muchas veces con depredadores cibernético, en diferentes redes sociales, sin haber sido alertadas de los riesgos que existían, sobre todo de identificar a los depredadores sexuales. Este tema, debemos ponerlo en el centro de las discusiones de las personas adultas, padres, madres de familia, autoridades escolares, y de aplicación de justicia, para que se considere, sobre todo, porque estamos a punto de iniciar una jornada mixta en donde los niños y las niñas volverán a las aulas. Las niñas y niños estuvieron muy expuestos a información, no siempre la más adecuada para sus edades, para su capacidad cognitiva, lo que llevó a que fueran mucho más vulnerables y se deben considerar como personas de especial atención en la aplicación de la justicia.
El daño emocional y psicológico que han vivido, les coloca en una situación vulnerable, los agresores y los depredadores, tanto en Internet como en sus espacios de la comunidad, han tenido el tiempo suficiente para engancharles. Es urgente que los niños y las niñas regresen a sus aulas, de la mejor manera posible, las escuelas deberán hacer un gran esfuerzo para hablar de estos temas y evitar que haya un deterioro mayor de este momento histórico que estamos viviendo a consecuencia de la pandemia.