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San Luis Potosí se encuentra en un crecimiento acelerado de contagios, como sucede a nivel nacional, según los registros de la Secretaría de Salud, sin embargo, nunca dejamos de movernos
00:06 viernes 12 junio, 2020
VIRALESSan Luis Potosí se encuentra en un crecimiento acelerado de contagios, como sucede a nivel nacional, según los registros de la Secretaría de Salud, sin embargo, nunca dejamos de movernos. Con base en los informes de movilidad de la Secretaría de Salud, no disminuimos nuestra movilidad a pesar de las recomendaciones realizadas durante la campaña de “Sana distancia” y “Quédate en casa”. Los flujos identificados por las aplicaciones móviles y los teléfonos inteligentes registraron una disminución en los traslados hacia el trabajo y las actividades recreativas, pero no menos de cincuenta por ciento como nivel recomendado, es decir, más de la mitad de la población seguía en la calle, ¿por qué no dejamos de movernos? Hay dos posibles explicaciones, soló a manera de inferencia, una relacionada con la sociología urbana que podría explicar las diferencia en la cultura, los comportamientos, formas de comunicación y el sentido de identidad de las personas que caracteriza una ciudad determinada; la segunda, tal vez más acorde, desde la economía urbana, que explica la relación entre las personas, sus preferencias y actividades; sobre esta segunda línea, quiere decir que nuestras actividades son altamente dependientes de la movilidad. Por un lado, nuestra actividad principal es la industria automotriz, que difícilmente se puede hacer desde la casa, a diferencia de los servicios de alto valor agregado basados en tecnologías de la información y la comunicación; la segunda actividad importante que tenemos es la industria de alimentos, que al igual que la primera, depende de realizarse en algún lugar o establecimiento específico, y bajo ciertas condiciones; la tercera está asociada a la construcción de la cual derivan otras 50 actividades al menos; esta última es una de las actividades económicas que más influyen sobre otras. Además de la industria y la construcción, otra de nuestras actividades importantes es el comercio, que se basa en esquemas tradicionales principalmente, de venta en directo y no necesariamente el denominado comercio electrónico o e-commerce, en este sentido se explica la alta movilidad derivada de nuestra estructura económica que “mueve” nuestra ciudad, adicionalmente hay que considerar que, en estas actividades, la gente “vive” al día. Sin embargo, lo que tal vez no se puede explicar de manera inferencial es la movilidad hacia actividades recreativas o de ocio; si bien se cerraron estos espacios para inhibir la movilidad, según los registros de Google, continuaban siendo el segundo destino después del trabajo. Desde hace tiempo, he sostenido la idea de que, para entender la movilidad primero hay que entender cómo la gente no se mueve, tal vez lo importante en nuestra ciudad con esta lección aprendida que buscó que la gente no se moviera, pero continuó moviéndose, es comprender ahora en la nueva normalidad ¿cómo se mueve la gente? De tal manera que se controlen los esquemas de traslado para disminuir los contagios a partir de la menor interacción física, formas de transporte, horarios y sobre todo nuevos esquemas para una sana movilidad. Una sana movilidad en nuestra situación es que, a través del gobierno por el transporte público, la adecuación de ciclovías y las personas por el transporte privado, tengamos menor riesgo de contagio, para ello, es fundamental las medidas sanitarias, los flujos de traslado diferenciados por modalidad, horario e infraestructura; así como efectivos esquemas de comunicación con datos en tiempo real que permitan observar por dónde se mueven las personas o existe mayor aglomeración. Con la emergencia sanitaria, hemos aprendido muchas cosas, la ciudad se conceptualiza nuevamente como un espacio de interacción, pero sobre todo, nos deja nuevas inquietudes y necesidades para ajustarnos a una nueva normalidad.