Vínculo copiado
En este espacio hemos platicado sobre la estrategia de polarizar a la sociedad, ir confrontando ideas e instituciones, lo que el Presidente en un principio calificaba como parte de la democracia; ya que el debate de las ideas era un elemento que le permitiría ir escuchando opiniones y poder tomar decisiones con mayores argumentos.
22:22 lunes 29 julio, 2019
ColaboradoresEn los últimos días se ha marcado una clara distancia entre el Presidente Andrés Manuel López Obrador y los medios de comunicación; el Primer Mandatario ha decidido señalar a periodistas y comunicadores críticos como los que se portan mal y a los afines a su administración como “La Prensa Buena”. En este espacio hemos platicado sobre la estrategia de polarizar a la sociedad, ir confrontando ideas e instituciones, lo que el Presidente en un principio calificaba como parte de la democracia; ya que el debate de las ideas era un elemento que le permitiría ir escuchando opiniones y poder tomar decisiones con mayores argumentos. Tal parece que a tan solo siete meses, López Obrador ya se canso de confrontar ideas y aunque existe una gran contradicción al exaltar la Libertad de Expresión y el Derecho a la Información del que hoy se “disfruta” en este régimen, también se califica ahora como liberales y Prensa Mala a quienes no manifiestan la opinión que a él le gusta escuchar. Este lunes en la conferencia mañanera, llegó al punto de señalar que los neoliberales deben dejar la política y refugiarse en los medios de comunicación. “Quien este a favor del inmovilismo que se dedique al periodismo” destacó López Obrador en su gira a Veracruz el pasado fin de semana. En fin que ahora pese a que ya se distribuyen campañas de comunicación a medios críticos como la Revista Proceso, el Presidente los cataloga como mala Prensa o medios mal portados. Sin duda la Estrategia de Comunicación del Gobierno Federal se fundamenta en el Discurso del Miedo, cuyo fin es polarizar a la sociedad creando grupos afines y llegando al extremo de generar opiniones encontradas que generan desconfianza e incredulidad hacia todos los medios de comunicación en general. Otro ejemplo de esta estrategia, es la constante generación de encuestas o ejercicios de análisis u opinión con datos contradictorios, como las constantes encuestas que ahora miden el buen o mal actuar de Gobernadores, Presidentes Municipales u otras instituciones, que en realidad buscan generar inconsistencias y sobre informar con opiniones encontradas para restar credibilidad a este tipo de ejercicios; en el fondo lo que se busca es que hacia 2021 y 2024 la sociedad tenga nula confianza en los estudios de medición y así desacreditar las opiniones para que no influyan en la generación de grupos a favor del régimen que gobierna. Esta política de comunicación nada construye y si debilita en mucho a la democracia que ahora se pone en riesgo.