Una fuente que costó 12 millones de pesos de dinero público, y que fue construida hace apenas dos años, ya se cae a pedazos. La fuente Atzacua, monumento que da la bienvenida a visitantes centroamericanos en el acceso oriente de Tapachula, no funciona desde hace meses. Aunque oficialmente se informó que la obra costó 12 millones de pesos, el diputado federal Guillermo Santiago asegura que realmente tuvo un valor de 29 millones de pesos. "Es un monumento a la corrupción, la Estela de Luz chiapaneca", señaló el legislador de Morena. La obra fue realizada durante la gestión del ex presidente municipal priista Samuel Chacón, actualmente también diputado federal, y ha recibido el mote de "La Crayola". Tan sólo para el sonido e iluminación, que incluye chorros danzantes, la administración del ex Alcalde erogó más de 4.7 millones de pesos en 51 equipos de bombeo y 500 lámparas LED. A tan sólo dos años de que fue concluida, ni las luces ni el sonido ni los chorros danzantes funcionan. El Órgano de Fiscalización Superior del Congreso de Chiapas (OFSCE) detectó irregularidades en la construcción, de acuerdo con una revisión de la Cuenta Pública 2015. Según el informe, existen filtraciones de agua en el cuarto de control, lo cual ocasionó la descompostura de los aparatos y/o equipos electrónicos necesarios para su operación, cuyo costo sumó 4 millones 753 mil 200 pesos. La auditoría además observó volúmenes pagados no ejecutados y/o precios unitarios más elevados respecto de los contratados o de los registrados en el tabulador. También encontró faltantes de documentación comprobatoria del ejercicio del gasto. Empresarios locales criticaron el despilfarro en ese tipo de obras cuando la ciudad tiene otras necesidades. Advirtieron que es un proyecto que no da identidad cultural a la puerta de entrada a México. "Fue un dinero mal invertido", aseveró César García, presidente de la organización empresarial ProCentro. "(Siempre) hubo opacidad en la construcción de esa fuente", agregó Elmer Aquiahuatl, empresario local. REFORMA solicitó al OFSCE y al Ayuntamiento de Tapachula más información sobre la obra, pero ninguna de las dos instancias accedió a transparentar proveedores, detalles de costos o avance de solventaciones. -- Reforma