La semana pasada la noticia mundial la dio España y más concretamente Cataluña, esta región que ubica al noreste del país Ibérico, que ocupa una extensión de 32,000 km2 y donde habitan aproximadamente 7.5 millones de personas, declaró y no declaró su independencia. Más allá de observar si tienen razón o no la supuesta independencia de esa región española es importante definir las posibles consecuencias que esto implicaría; primero, esta región es importante económicamente hablando, ya que los catalanes aportan cerca del 20% del PIB español una cantidad casi similar a la que aporta la comunidad de Madrid, lo cual no es cualquier cosa. Bajo este esquema de aportaciones al PIB, es entonces el reclamo ya que no se ven beneficiados en la misma proporción que ellos lo hacen, las implicaciones pueden ser serias, ya que muchas de las empresas que ahí trabajan se ven beneficiadas por los convenios y acuerdos que España ha hecho con la Zona Euro, por lo que es posible una migración de las empresas a otras regiones u otros países, de hecho, ya empezó a suceder como en el caso de la empresa mexicana BIMBO. Otro punto a observar de manera más detenida, es que sucederá con la libre circulación de la población, seguramente tendrán más requerimientos para salir de la región y aún más para trabajar en otro país o en la propia España, ¿qué pasará con su moneda?, no podrán utilizar el euro y tendrían una convertibilidad diferente con el resto de Europa y en general del mundo. En fin, el declarar una independencia no es un asunto fácil, me da la impresión que es un movimiento regionalista sin analizar las posibles consecuencias que estas les traería, las cuales a mi punto de vistas serían fatales para la zona de Barcelona. Le dejo una pregunta, ¿y si fuera Nuevo León, Jalisco o la zona norte de nuestro país?, @Oliver_Arroyo