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Luego de tres meses de la llegada del Covid-19 a México, la respuesta del gobierno federal se ha caracterizado por ser tardía, errática y contradictoria. Ha fallado la estimación del pico de la pandemia, que en principio se calculó para los días 8, 10 de mayo
02:06 jueves 18 junio, 2020
ColaboradoresLuego de tres meses de la llegada del Covid-19 a México, la respuesta del gobierno federal se ha caracterizado por ser tardía, errática y contradictoria. Ha fallado la estimación del pico de la pandemia, que en principio se calculó para los días 8, 10 de mayo.
Así mismo no son claros los números de fallecimientos calculados originalmente en 6, 8 mil, luego ajustados a 30, 35 mil . Cuando sabemos la cifra esperada es mucho mayor.
Asimismo la comunicación ha sido disonante, donde el gobierno promueve el Quédate en Casa, pero el presidente reinicia giras de trabajo; niega relevancia al uso del cubrebocas, mientras la Organización Mundial de la Salud lo recomienda; ahora tenemos que mientras los contagios crecen, inicia la reapertura económica.
Cierto es que también hay aciertos como las medidas para ampliar la capacidad hospitalaria de la mano del sector privado, la compra de ventiladores que gestionó el Secretario de Relaciones Exteriores, que ha impedido ver escenas generalizadas de pánico en los centros de salud, como ocurrió en España e Italia.
Por otra parte tenemos la estrategia del gobierno federal para paliar los efectos de la crisis económica que tiene dos ejes, primero incrementar montos y adelantar pagos de programas sociales bajo el argumento de que atiendan al 70 por ciento de la población más vulnerable. Posteriormente la creación de dos millones de empleos.
Al final tendremos un saldo social negativo, tendrá impacto el desempleo formal e informal. La creación de dos millones de nuevos empleos, carece de sustento.
Además son notorias las medidas implementadas en los diversos estados de la república mexicana, debido a la descoordinación que prevalece entre las autoridades federales y estatales. Ante la ausencia de una estrategia clara del gobierno federal para detener la pandemia, los gobiernos estatales implementan estrategias propias, dependiendo de sus recursos y capacidades institucionales.
Las descoordinación ha imperado durante la crisis por el Covid 19, tanto en el tratamiento de la información, como en la reactivación económica. Y es que el gobierno federal determinó que correspondería a cada autoridad estatal definir las medidas de reapertura y les trasladó la responsabilidad de posibles rebrotes de contagio.
Debido a lo anterior, las implicaciones económicas de la crisis sanitarias serán severas. Habrá mayor fragilidad de las finanzas públicas en 2021; tendremos mayor riesgo de que México pierda el grado de inversión; habrá menor inversión privada y desde luego debemos tener presente el fracaso de la estrategia de hacer de PEMEX la palanca de desarrollo. Desde luego se incrementará el número de población en pobreza extrema, así como la inseguridad. Hemos visto como a pesar del confinamiento, hubo un incremento en homicidios dolosos.
Todo lo anterior nos lleva a que hay una mayor polarización política, ruptura entre organismos empresariales y el gobierno federal; y se pone en riesgo la viabilidad del proyecto de la denominada Cuarta Transformación, lo que ya nos lleva a vislumbrar menos votos para Morena en las elecciones del 2021.