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En las elecciones hay quien gana y quienes pierden
08:17 domingo 1 agosto, 2021
ColaboradoresEl triunfador se dedica a pregonar que ganó y los que perdieron podrán o no aceptar la derrota. Alguno que perdió, impugnará ante los órganos electorales y en los tribunales; es un derecho que la asiste. De la elección para gobernador celebrada el 6 de junio pasado, resultó ganador José Ricardo Gallardo Cardona, postulado por la Coalición “Juntos Haremos Historia”, con 458 mil 156 votos. Siete de los nueve candidatos y candidatas, admitieron su derrota y se hicieron a un lado tras felicitar al ganador. Uno de los nueve aspirantes, César Octavio Pedroza Gaitán, candidato de la coalición “Si por San Luis”, integrada por PAN, PRI, PRD y PCP, que obtuvieron 400 mil 273 sufragios, reconoció la derrota, pero decidieron impugnar. El Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana, entregó constancia de mayoría y acreditó a Gallardo Cardona como gobernador electo. Entonces, la coalición y el candidato vencido, iniciaron la preparación de sus recursos legales: un Juicio de Nulidad Electoral y un Juicio para la Protección de los Derechos Político-Electorales del Ciudadano. En paralelo, el Instituto Nacional Electoral, en el marco del proceso de fiscalización de las elecciones federales y locales, investigó y resolvió sobre los comicios en cada entidad federativa. La elección de gobernador de San Luis Potosí está pendiente y se espera que en breve se emita una resolución, en cuyo caso, el Procedimiento Administrativo Sancionador que se derive, no puede considerar la anulación de la elección ya que eso no es de su competencia. La nulidad le corresponde decretarla al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. El ganador de la elección, así haya recibido constancia de mayoría, su victoria aún no tiene carácter de verdad legal. Esto no significa que no haya ganado, lo que sucede es que está a revisión. El viernes 30 de julio, el Tribunal Electoral del Poder Judicial del Estado, resolvió la validez del triunfo de Gallardo Cardona. Desechó las demandas de la coalición y del candidato. En esencia, declaró infundados los agravios expuestos. Según la resolución del Tribunal local, los motivos de inconformidad fueron: a) votación recibida por personas distintas a las autorizadas; b) vulneración al principio de certeza y autenticidad del voto; c) violación grave al artículo 251 de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, por difusión de actas proselitistas realizados dentro del período de veda electoral; d) transgresión al principio de equidad de la contienda electoral, consagrado en el artículo 134 de la Constitución Federal y; e) rebase de topes de campaña. La coalición derrotada anunció de inmediato que recurrirá a la última instancia federal para insistir en la anulación de la elección para gobernador. Lo que hay en este momento, es que Gallardo Cardona obtuvo más votos, que le fue entregada la constancia de mayoría, que es gobernador electo y que el Tribunal Estatal validó su elección. El escenario en el que está plantado Gallardo Cardona es envidiable. El trayecto postelectoral le ha sido favorable. No hay candidato que prefiera ese escenario en lugar del que está del otro lado, impugnando, a expensas de lo que resuelva un tribunal. Resta lo que diga el INE, en cuyo caso, no puede pasarse por alto que el consejero Ciro Murayama Rendón, ya dijo que ningún abanderado a las gubernaturas rebasó topes de campaña. Eso mismo le reportó el INE al Tribunal Electoral del Poder Judicial del Estado. Pese a esto, la última palabra la tendrá la Sala Superior del TRIFE, así lo ordena la ley, pero es un hecho que Ricardo Gallardo ha avanzado hacia adelante. Hay quienes no acaban de aceptar la realidad y se desgarran las vestiduras porque el gobernador electo se haya reunido con el presidente de la república, con el arzobispo, con el gobernador saliente, con los empresarios, con el alcalde capitalino electo y otros presidentes municipales electos. Así fuera protocolo, ¿qué esperaban que hiciera, que estuviera tirado en la hamaca, que se haya ido de vacaciones o se mantuviera en un encierro monacal? Hay quienes se molestan porque se inició el Proceso de Entrega-Recepción y porque Gallardo Cardona entró a palacio de gobierno. ¿Qué esperaban…, que no fuera? Si alguien espera un milagro, pues que aguarden lo que resuelva el TRIFE; mientras eso ocurre, el gobernador electo hace lo que debe hacer. En política, nadie desaparece o se queda inmóvil, sobre todo, si ganó unas elecciones. Ni modo que se oculte o que le conteste a quien le pregunte: no, mira, aún no está todo dicho, vamos a esperar, no se sabe quién ganó, seamos pacientes, esperemos; yo gané en las urnas, pero hay que ver que dice el Tribunal. Por favor. No seamos ingenuos. A Octavio Pedroza le encantaría estar en el escenario en el que sí está Ricardo Gallardo, desafortunadamente para él, no es así.