Los diputados federales Porfirio Muñoz Ledo y Gerardo Fernández Noroña pasaron de la escaramuza a la reconciliación en menos de 48 horas. Sorpresivamente, el presidente de la Cámara y el legislador petista comparecieron ante la prensa para dar por terminado el pleito que desde el lunes protagonizaron, cuando Fernández Noroña tachó de "traidor" a Muñoz Ledo por haber asistido a Palacio Nacional a la ceremonia presidencial por el Sexto Informe de Gobierno y que se trasladó a la primera sesión en San Lázaro el martes. Porfirio Muñoz Ledo garantizó a Fernández Noroña el más completo ejercicio de libre expresión, aunque dio a entender que no son necesarios gritos y sombrerazos. "No son necesarias las estridencias", resumió el experimentado parlamentario. Fernández Noroña no se sintió regañado por el presidente de la Mesa Directiva el martes, cuando se le impidió el uso de la palabra. "A mí sólo me regaña mi abuelita", sostuvo.