Las tarjetas adicionales son un arma de doble filo. O aprendes a organizarte y fortalecer tus relaciones personales, o terminan por destruirlo todo… Dar una tarjeta adicional a otra persona es como prestar la llave de tu casa, nunca sabes en qué resultará ese acto de confianza. Si dentro de tus planes está dar tramitar “regalo” para alguien, considera lo siguiente: Puede manchar tu historial crediticio. Uno de los principales problemas de este tipo de tarjetas es que las deudas o cargos que realiza la otra persona aparecerán en tu historial crediticio por ser el titular de la cuenta.

Eres responsable por las deudas de otros. Al ser tú quien contrata la tarjeta de crédito, en caso de que el cotitular deje de pagar sus adeudos, serás el responsable legal por esas deudas. En otras palabras, te comprometes legalmente a liquidar cualquier adeudo que genere la tarjeta adicional.

No llegan estados de cuenta separados. Solo llegará un estado de cuenta con los cargos separados por tarjeta, por lo que tú, como titular, verás todos los cargos que se realizaron con el plástico adicional.

Llegas a desembolsar de tu dinero. Si la persona a quien le otorgaste la tarjeta adicional no es la más puntual a la hora de realizar el pago, para evitar generar intereses en tu plástico deberás poner de tu dinero para cubrir el total de los cargos. 

Te alejan de tus amigos o familiares. Si vas a otorgarle una tarjeta adicional a un amigo o familiar, piénsalo dos veces. Muchas veces, una relación de amistad o familiar termina o se desgasta por temas de dinero. Quizá lo mejor es no arriesgarse. Lo ideal es que platiquen y dejen claro la forma en que cada uno se hará cargo de los gastos que realice con el plástico para evitar malos entendidos.

Te hacen pasar malos ratos. Si te dejaste guiar por tu corazón y no por tu mente y le diste una tarjeta adicional a tu pareja, el simple hecho de establecer el crédito del plástico, ver los cargos de tu pareja o bien ponerse de acuerdo para dividir o pagar la tarjeta puede generar discusiones y malos ratos.

Si bien dicen por ahí, las deudas no son para todos y mucho menos las tarjetas de crédito. Por lo que es mejor que cada persona tenga la suya y así evitar problemas y malos entendidos. Si después de esto sigues con la idea de solicitar una tarjeta de crédito adicional, lo mejor es establecer la forma en que realizarán el ajuste de cargos y la forma en que liquidarán mes con mes el plástico.

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