CIUDAD DE MÉXICO.- Llegan las festividades de fin de año, y con ello el año nuevo, lleno de propósitos, perspectivas, proyecciones hacia metas en la vida, pero la realidad que se enfrenta hoy en día es otra. Una realidad a la que pocos logramos voltear a ver. Vivir solo no es tan sencillo Vivir solo, el mayor de los deseos de la clase Millennial, la generación que va de la década de los ochenta y los noventa, logra reflejar hoy en día el enorme deseo de la independencia. Una generación presente en la digitalización, hiperconectada con altos valores sociales y éticos. ¿Quién puede así pensar en un futuro serio? La adultez joven, las responsabilidades que uno logra adquirir al vivir solo, es una etapa de enormes retos ante la formación del carácter de individualidad. Con la llegada de todas esas responsabilidades, existe una capacidad de control, es decir: ¿con qué tanto podemos cargar? En ese momento de tu vida, al tener ese objetivo presente de un futuro, sin tener a cargo algún problema de deuda o gasto, sino de ingreso. La sociedad nos hizo creer que si estudiamos una carrera tendríamos una mejor calidad de vida y aunque en muchos casos es así, en su mayoría ha sido lo contrario. En estos momentos pertenecer a la clase ´Millennial´ es un estilo de vida, de espíritu emprendedor. Sin embargo, detrás de toda esta ola de creatividad, ideas y metas, existe una situación que golpea el bolsillo y la autoestima. Uno de los más grandes mitos en la perspectiva de los ´Millennials´ es que el salario no forma parte importante de las expectativas laborales, que la experiencia logra ser mucho más valiosa, al lograr desarrollar habilidades. Siendo esto un mito, es claro que el uso de redes sociales, hoy en día, logra que los estereotipos de personas exitosas hagan ver el escenario ante el que uno se enfrenta, mucho más difícil. Es por eso que, en este próximo inicio de año, hay que plantear claramente nuestros objetivos, nuestros propósitos hacia una consiente toma de decisiones, planear a lo que uno se enfrenta. -- EXCÉLSIOR