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(AUDIO) El sonido de una fuente fue el marco para “el resultado de todo este trabajo. No puedes hacerlo solo, la suma de muchas fuerzas me permitió estar donde estamos”
08:03 jueves 30 abril, 2020
San LuisNo hay patio más emblemático en San Luis, que el patio central del monumental edificio que albergara el Colegio Guadalupano Josefino y hoy la administración central de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Cuya historia y testimonio de nuestro San Luis es un referente para su vida misma.
No se puede hablar de ella sin mencionar nuestra máxima casa de estudios. No se puede hablar de su historia sin mencionar a los que la han escrito. Son los días a terminar su periodo en el cargo más anhelado por los universitarios. Son los días que el Arq. Manuel Fermín Villar Rubio va a sonreír, a soñar, a sufrir, a gozar, a llorar y a vivir por lo que -por más de 40 años- desde su primer día como alumno le ha dado su vida: la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. El Origen GR: ¿Manuel Fermín Villar Rubio donde nace?
FV: Nazco en San Luis Potosí en el Barrio San Miguelito en la calle 5 de mayo hace 63 años. Mi padre era agricultor, mi madre era ama de casa excelentes personas, tengo 3 hermanos y una hermana, yo soy el mayor. Mi primaria la hice en el colegio Motolinía en el mismo barrio de San Miguelito, la secundaria y la preparatoria en la Apostólica, la carrera de arquitectura y la maestría en arquitectura también aquí en nuestra universidad. GR: Al momento de tomar la decisión de una carrera profesional ¿porque arquitectura?
FV: Ingeniera civil me gustaba y cuando vi la de arquitectura y vi que tenía que ver con el hombre, con la historia, el arte y la creatividad, con iniciativa, de aquí soy dije, tenía apenas un año de haberse instalado nuestra universidad. Es una profesión que me encantó desde un principio, me sigue gustando y creo que ha sido parte de lo que ha definido mi vida y de lo que también en esta universidad me sirvió para ser parte de mi legado y de mi trabajo.
El tema humano es algo que me llamó la atención y creo que es algo que caracteriza a mi manera de ser y que caracterizó también en parte lo que yo quise generar aquí en la universidad. El Universitario GR: ¿A qué edad entra a la universidad?
FV: Entro a los 18 años, 17 tal vez, la prepa era de dos años entonces entramos relativamente jóvenes, debe haber sido 17, porque terminamos a los 22. GR: ¿Qué recuerda de su paso como estudiante?
FV: Fui el mejor de mi generación, obtuve un buen resultado de mi generación era un alumno dedicado, me costaba trabajo estudiar, la arquitectura no es que no sea fácil, es mucho trabajo y dedicación. En aquel tiempo era el trabajo manual y ahora los medios electrónicos ayudan mucho, solamente las vacaciones eran el único tiempo que tenías libre, porque todo el tiempo tenías que estar haciendo un trabajo, dibujando, diseñando y eso también te norma tu vida y te hace pensar. Les digo a las nuevas generaciones, su vida de aquí en adelante será de acuerdo a la carrera que escogieron y te define mucho la manera de ser y vivir de la persona y es muy interesante.
GR: ¿Alumno disciplinado o indisciplinado?
FV: Yo creo que disciplinado, te puedo decir “le entrabas a todo como uno es joven”, pero disciplinado en ese momento. GR: ¿Sus maestros que recuerda?
FV: La universidad ha tenido cada época y no porque ahora pueda haber más instalaciones, mejores laboratorios, más biblioteca, mayor comunicación, ese equivalente lo siguen teniendo. Lo los maestros son el alma de cualquier universidad y mis maestros pues me forjaron, podía no haber laboratorios, libros en la biblioteca, no muchas instalaciones, pero se suplía con la dedicación, el ejemplo y el acompañamiento de mis maestros. GR: Un jovencito de 21 años 22 ¿ya trabajaba en algún despacho?
FV: Yo trabajaba desde segundo año de carrera, en las vacaciones de mi primer año empecé a trabajar en la obra del Mercado República y me quedé a trabajar en las vacaciones y luego seguí en esa obra y en otra y desde entonces no he dejado de trabajar. Yo inicié arquitectura en el año 73, debió haber sido en el 74 cuando empecé a trabajar y egresé en el 78. GR: ¿Su tesis?
FV: Mi tesis fue ensobre el Barrio de Santiago, en el norte de la ciudad, había un corazón de manzana muy interesante, hice una unidad deportiva, incluso con mención honorífica fue el resultado de la tesis. GR: ¿Recuerda su examen?
FV: Recuerdo mi sinodales perfectamente, el arquitecto Benito Delgadillo, arquitecto Marroquín y arquitecto Alfredo Téllez. GR: Y su examen ¿bien?
FV: Como cualquier examen va uno preocupado, pero cuando sales y te dan ese resultado sales contento.
GR: Después de regresar de su carrera de arquitectura, seguir en el tema profesional, poner su despacho un joven arquitecto y un San Luis Potosí diferente al de ahora con pocos profesionistas, ¿el tema profesional o académico? FV: Yo desde el segundo año estuve trabajando en varias constructoras y eso forjó también como persona, pero también como profesionista, estuve trabajando en el despacho del arquitecto Legorreta, el mejor despacho de arquitectura de México en su momento y todavía, eso me forjó mucho, me enseñó muchas cosas, me regreso a San Luis y estuve trabajando con arquitecto Marroquín, también en el despacho del ingeniero Zendejas. Y luego tuve mi despacho personal privado con mi hermano y mi papá y desde que terminó la carrera me dieron una materia a impartir en la UASLP y esa materia fue el inicio para regresar a la universidad mucho de lo que ella me dio y desde entonces me interesaba generar cosas nuevas que mis alumnos aprendieran, se desarrollaran y desde ahí hasta este momento aquí estoy. GR: ¿Qué materia era?
FV: Era “Taller de diseño”. Es la materia más importante de la carrera de arquitectura y al final estuve dando tesis, que es el último nivel. GR: Y empieza el camino de la vida universitaria...
FV: Inició con una sola materia, como unos 10 años, luego me invitan a ser jefe de un área, en un departamento en la Facultad del Hábitat, de ahí me fui como coordinador de la carrera de arquitectura. Después fui director de la Facultad de la del Hábitat tres periodos: en 1992, mi primer periodo, del 96 al 2000 y de ahí al 2004. GR: ¿Que podría distinguir el paso de Manuel Fermín Villar Rubio en la escuela de arquitectura posterior facultad?
FV: Bueno yo creo que por alguna cosa dure tres periodos. Hubo un buen trabajo, hubo un buen desarrollo de las cuatro carreras que se generaban, se generaban una muy buena investigación, pero también fue muy importante mi participación desde la dirección de la Facultad con los rectores que me tocó participar el Lic. Alfonso Lastras, el Ing. Jaime Valle, el Lic. Mario García y fue ahí donde inicia todo el proceso de la Universidad, una nueva arquitectura de espacios. Mi carrera me permite apoyarlos y ellos tomar en cuenta lo que proponía la Facultad, fue eso importante y fuera parte de la transformación de la Universidad. Ahí es donde yo creo que la carrera de arquitectura y las carreras que tenía el Hábitat, tuvieron una influencia muy importante en nuestra universidad, la restauración del Edificio Central que se hizo durante el periodo del Ing. Valle, fue una propuesta que le hice al Rector y que lo tomó con excelente apertura. La restauración de la Caja Real, por cuyas obras ganamos un premio Nacional de Arquitectura como “Mejor obra de restauración”, trabajos que se hicieron en su momento siendo tu servidor Director y el ingeniero siendo Rector. GR: 2004, la secretaria general…
FV: Me invita el Lic. Mario García terminando mi tercer periodo en la dirección del Hábitat a ser Secretario General de la Universidad, donde me permite desarrollar muchas actividades y propuestas de innovación, y sobre todo de desarrollo pues ahí está el Centro Cultural Bicentenario y muchas obras que de alguna manera fue parte del apoyo de un servidor. GR: ¿Por qué cree que un arquitecto llegue a la secretaría general?
FV: No debes tener una profesión definida para eso yo creo que tiene que ver la persona y la relación de la persona con las personas, porque ese trabajo es mucho de eso, la relación interna de la universidad con tu gente. El Rector
GR: En el año 2004 siendo Secretario General, por una circunstancia política, renuncia Mario García Valdés y a Usted se le presenta la oportunidad más querida y anhelada de todos los universitarios que es ser Rector de nuestra máxima casa de estudios ¿Fermín Villar que siente, que vibra ese día en 2012?. FV: Eso imagínate nada más tener la más alta responsabilidad en un espacio tan importante como es la universidad, es algo que todo mundo quisiera y ese momento se me da la oportunidad. A mí me eligieron tres veces para la rectoría, la primera para sustituir al Lic. Mario García que terminó dos meses antes su periodo, me eligen por unanimidad. A los dos meses mi primer periodo otra vez por unanimidad y a los cuatro años después me vuelven a elegir por unanimidad, como único candidato a la rectoría, entonces por algo me dijeron de esa manera, creo que algo había hecho. GR: ¿Cuáles son los logros que va a presentar en su próximo informe? Si los números, las obras, las satisfacciones y los ranking mundiales, la certificación en las materias, en las carreras, el palomeo de tantos y tantos académicos que se siguen preparando ¿qué más deja Manuel Fermín?
FV: Lo he dicho siempre desde mi primer informe y lo voy a decir el último día que de mi último informe: es la suma del esfuerzo de todos. La universidad no es una persona, si hay responsable jerárquico, pero tampoco es la persona que tiene el poder por el poder. El Rector es una persona que, con sus características, con sus ventajas y desventajas, sabe guiar y sabe de alguna manera conducir una gran institución y yo creo que la responsabilidad se compartió, el trabajo de los universitarios como tú lo dices se debe al trabajo conjunto de todos, la universidad es una entidad que tiene mucha historia y que tiene mucho trabajo de antes y hay que seguir ese trabajo.
El libre pensamiento y la libre discusión de las ideas y eso de alguna manera debe ser una universidad. Es un espacio que también sale adelante ante las adversidades y también puede conducir y de alguna manera apoyar a lo más importante que son los alumnos. Para mí siempre el alumno ha sido, desde el primer día que empecé a dar clases y ahora que dejó la rectoría, es y seguirá siendo el alma de la Universidad y si logramos buenos alumnos, vale la pena el trabajo y el esfuerzo que se hace para esta gran institución GR: ¿Cuáles fueron los puntos que reforzó en su rectoría?
FV: Las personas. La universidad es una institución, lo más importante es formar personas, formar a los alumnos, pero ¿quién las forma? los maestros, los investigadores. Este trabajo es importantísimo. Estamos generando con ello un egresado que pueda adaptarse a cualquier cambio o cualquier carrera que se necesite ante el mundo donde se toman decisiones y cada una es diferente. Por ejemplo, el mundo va a ser diferente antes del Covid y después del Covid, nuestra universidad va a ser diferente antes y después del Covid. El alumno es y será siempre el factor más importante de cualquier universidad. GR: El mensaje a su sucesor…
FV: Es un gran reto, no dudo que haga un excelente papel el Dr. Alejandro Zermeño. Lo apoyare cuando quiera…. Uno inicia y no sabe lo que es ser Rector y aprendes a ser Rector cuando te vas. El Hombre GR: ¿Termina contento?
FV: Muy contento. En una universidad que está trabajando, que está unida y que alguna manera tiene logros y que también tiene desafíos y oportunidades por desarrollar el futuro. GR: ¿Su familia?
FV: Mi familia es lo máximo, incluso podría decir que a veces la descuide por atender prácticamente 24 horas la Universidad. Ellas me ayudaron mucho, tengo una esposa y tres hijas, una nieta y desde luego mis yernos. La base de cualquier persona es la familia y si tu familia te apoya te permiten desarrollar lo que quieras. GR: ¿Sufrió?
FV: Me preocupe, pero no puedo decir que sufrí. GR: ¿Qué lecciones le dejan estos 41 años en la universidad?
FV: Un gran aprendizaje, una manera de poner en práctica ideas que iba teniendo desde que tuve mi primera clase hasta que su termino la rectoría y la mayoría de ellas se realizaron. Mi legado ahí está y lo van a juzgar los universitarios. La sociedad debe confiar en su universidad, es una universidad que está por cumplir 100 años de autonomía dentro de tres años. La autonomía me enseñó y me permitió hacer las cosas, no de hacer lo que tú quieras, sino de actuar con responsabilidad, pero con la posibilidad de que desde la universidad puedas enseñar, investigar, apoyar y opinar con esa responsabilidad y con esa rendición de cuentas y transparencia que te pide y que te permite ese valor tan importante que te dan los universitarios que es la autonomía. El sonido de una fuente…
El eterno espíritu universitario que envuelve este mítico patio y el sonido acuoso de una fuente que ha sido testigo de su historia, nos va cercando en su tiempo y espacio para ir cerrando esta platica… GR: Ese sonido fue el que acompaño sus pasos de estudiante y acompañará su salida como Rector… ¿que sentirá al no escucharlo igual…?
Ese sonido es un sonido tranquilizante. Inconfundible, te acompaña cuando saludas en la entrada a los que nos reciben y a los que vas encontrando en tu camino. Es un acompañamiento para los universitarios
Es un privilegio escucharlo…
Es un privilegio servir a los universitarios…
Y lo seguirán oyendo los que me sucedan y les deberá seguir transmitiendo esa paz, esa tranquilidad y ese deseo de ser universitarios. GR: ¿Se va con paz y con tranquilidad?
Claro que me voy con paz y con tranquilidad y muy contento:
“Mi trabajo en la universidad no fue mío. Es el resultado de todo este trabajo,
No puedes hacerlo solo, la suma de muchas fuerzas me permitió estar donde estamos.”