En Nayarit hay un niño de nueve años que se convirtió en el héroe de internet al evitar que varios animales domésticos murieran ahogados, durante las inundaciones provocadas por el huracán Willa. Su nombre es Justin Dylan Cabrera. Mide metro y medio y es originario del municipio de San Antonio, un poblado que quedó bajo el agua durante más de 24 horas. Dylan estudia el cuarto año de primaria. Tiene la piel morena y cojea de la pierna izquierda, porque es más corta que la derecha. Le gustan el futbol, andar en bicicleta y leer. Sonríe mucho y aunque su andar es lento, siempre está al pendiente de su hermano el mayor, de su madre Beatriz y de sus mascotas. La tarde del miércoles 24 de octubre Dylan vivió algo que nunca antes vio el cauce del río San Pedro crecer hasta desbordarse e inundar el pueblo en el que siempre ha vivido. “A mi mamá ya le habían avisado que esto se iba a inundar y por eso comenzó a prepararnos la maletas para abandonar la casa”, recuerda el niño mientras acaricia a uno de los perros. Una mochila con un poco de ropa era lo único que el pequeño debía cargar. Su madre salió primero, le siguió su padre con su hermano. Dylan fue el último. La familia avanzó y sin percatarse avanzaron sobre la calzada ya inundada. Con los brazos en alto trataron de evitar que sus pertenecías se mojaran. Nadie se percató que atrás había quedado el pequeño. Cuando padres y hermano ya se encontraban en el otro extremo, Dylan aún no había atravesado la calle, pues regresó por una tina.  “Ya estaba desesperada. Me urgía irme porque el nivel del agua estaba subiendo mucho, pero en eso veo como mi niño traía una tina de plástico en la que cargaba a todos los animales. Le pedí que los dejara, pero respondió que no lo haría, así que lo ayudé”, recuerda Beatriz mientras sonríe. Dylan rescató tres gatos, cinco perros, un perico y dos gallos, animales que hasta el día de hoy tiene en su casa.  La madre del pequeño cuenta que el amor hacia los animales que tiene su hijo, es parte de su naturaleza. “Cuando digo su propia lucha me refiero ha lo que ha tenido que vivir desde pequeño, pues Justin fue prematuro, pesó kilo y medio cuando, midió 30 centímetros y duró 12 días en la incubadora. Desde ahí lo dieron de alta a y todo estuvo bien, pero notamos que no caminaba y gateaba sentado”, explica su mamá. El diagnóstico fue “luxación de cadera”, es decir, que el hueso de pierna no embona con la cadera. De los dos a los ocho años le realizaron seis cirugías. Aunque el mal congénito le impide caminar con fluidez, a Dylan eso no lo detuvo para salvar a los animales. Al pequeño no le importaba si su casa se mojaba o no, lo único en lo que pensaba —dice— era en salvar a los animalitos. “Me divertí mucho. Los estaba echando (a la tina) y se salían otra vez, pero tenía que salvarlos, porque si no los dueños estuvieran muy tristes”, recuerda Dylan.  La madre de Dylan espera que con esta proyección que ha alcanzado el pequeño Justin a escala nacional, algún especialista se acerque a ellos y ofrezca ayuda para que su hijo no pierda la movilidad y pueda continuar con eso que le apasiona: rescatar animales.  -- Milenio