El choque entre Atlas y Chivas en una nueva edición del clásico tapatío generó pasión desde sus orígenes, hace 102 años. Actualmente los números favorecen al Rebaño Sagrado con 88 victorias por 69 triunfos del Atlas y 66 empates y un total de 227 encuentros; sin embargo, es bien sabido que los números no juegan en esta clase de encuentros donde la efervescencia y la pasión superan a la lógica. El presente de ambas instituciones resulta poco alentador de cara a un partido que en épocas recientes ha cobrado importancia más por la rivalidad que se despierta entre aficiones que por lo que entregan ambos equipos semestre a semestre. Son varios los ingredientes que aderezan este duelo de altas dimensiones en el futbol mexicano. Podemos empezar desde la banca, pues Tomás Boy, técnico del Rebaño Sagrado, vivió varias etapas en el banquillo rojinegro. Sin embargo, hoy el destino lo ubica en la vereda de enfrente buscando superar a su antigua querencia. En la defensa se encuentra Antonio El Pollo Briseño, canterano de la Academia que tras su paso por Europa, decidió volver a México con el vecino incómodo y gracias a la garra y personalidad que ha mostrado en cada juego, su pasado atlista se diluye poco a poco. Isaac Brizuela, referente de ataque de Chivas, jugó con Atlas en 2012 a préstamo por seis meses. Hoy sus actuaciones lo han posicionado como el futbolista más relevante del equipo, aun en periodos aciagos para el conjunto tapatío. El defensa Osvaldo Alanís cuenta con el alta médica y podrá ser tomado en cuenta por el técnico Tomás Boy.

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Excelsior